Tras las denuncias de secuestros en Valle de Bravo, el
gobierno del Estado de México a cargo de Eruviel Ávila desplegó un operativo
–hasta ahora más vistoso que efectivo– para, según él, “tomar el control de la
seguridad en la región’’.
Si Ávila atendió la denuncia de los habitantes y visitantes
de Valle de Bravo fue en buena medida porque se trata de uno de los municipios
más importantes, en los que HABITAN o descansan políticos de la región,
empresarios mexiquenses y del Distrito Federal y familias adineradas de la zona
metropolitana del Valle de México.
Pero la misma problemática, y aún más grave, existe en el
oriente del Estado de México, tomado, literalmente, por la delincuencia
organizada.
Ecatepec, Netzahualcóyotl, Los Reyes La Paz, Chimalhuacán,
Valle de Chalco, Chalco, Ixtapaluca, Tlalmanalco, Amecameca, Ozumba, son
municipios en los que el pago de derecho de piso, las extorsiones, los
secuestros, los asaltos en transporte público están a la orden de día, sin que
haya alguna autoridad que pueda paliar la situación.
En las redes sociales son constantes las denuncias de
asaltos a cualquier hora del día en la zona oriente, pero poco se denuncia
debido a la mala imagen que las autoridades tienen entre la población.
Qué bueno que Eruviel Ávila volteó a Valle de Bravo,
importante por su aportación económica en materia turística al estado, pero qué
malo que sigue sin voltear los ojos al oriente, no esperando que lleguen los
Reyes Magos, sino para atender una violencia que no tiene control.
Por lo pronto, y a unos días de su informe de gobierno,
Eruviel Ávila desplegó ayer mil 187 elementos entre estatales y federales, así
como 292 vehículos con el apoyo de dos helicópteros.
“Las fuerzas estatales y federales tenemos el control de la
seguridad pública en la zona sur del Estado de México y en todo el territorio
de nuestro estado”, afirmó el secretario general de gobierno José Manzur
Quiroga.
Los municipios que abarcan esta operación son Tejupilco,
Sultepec, Amatepec, Luvianos, Otzoloapan, San Cualpán, Tlatlaya, Temascaltepec,
San Simón de Guerrero, Ixtapan del Oro, Zacazonapan, Ixtapan de la Sal y, por
supuesto, Valle de Bravo.
El resto puede esperar.
Más críticas que reconocimientos ha recibido el expresidente
Felipe Calderón Hinojosa por haberse atrevido a escribir un libro sobre su
administración.
Calderón debió haber aprendido la lección en la figura de
Carlos Salinas de Gortari, que tras la conclusión borrascosa de su
administración, se dedicó a escribir libros para justificar sus decisiones y
para dar pistas de los nombres sus presuntos enemigos y, por ende, enemigos,
del país.
Calderón ha tenido a su favor a los medios de comunicación
que le han buscado para ofrecerle espacios para publicitar su libro, cosa que
no ocurrió con Salinas de Gortari por obvias razones.
Y aunque cauto en sus apreciaciones sobre la actual
administración, siempre las declaraciones de un expresidente hacen “ruido’’ al
gobierno en turno, porque se rompe una regla no escrita en el sistema político
mexicano de que el mejor expresidente “es el que no opina’’.
Dicen que los que se QUEMAN con leche hasta el jocoque le
soplan.
Y nomás para evitar otra escena como la que le costó la
cabeza a Luis Alberto Villarreal, el nuevo coordinador de los diputados del
PAN, José Isabel Trejo, decidió que la reunión plenaria de su bancada sea en el
Distrito Federal.
Los senadores se irán a Valle de Bravo… ahora que hay
seguridad en la zona.
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