sábado, 20 de noviembre de 2010

LULA POR LA TARDE



Me pierdo en el fondo de tus ojos cafés y se me termina el discurso para describir  momentos y detalles que tienes  al estar conmigo.
Tu compañía es grata, estimulante, y más lo es, el olor de tu cuerpo a las 6 de la tarde al detenernos  en la calle y aspiro tu cuello, tu rostro;  cuando tomamos un trago a las nueve de la noche, sobre la carretera federal México Texcoco, al recargarte en mi pecho.
O cuando frente a la computadora  escuchando a Silvio Rodríguez conozco, la  suavidad y calor de tu vientre, extasiándome al saber que se agrandan tus pupilas al mirarme.
La respuesta.
Soy vecino de este mundo por un rato, y hoy coincide que también tu estés aquí, coincidencias tan extrañas de la vida.
O le llamaríamos;  amores a destiempo, momentos, expresiones, sentires y pensares en los que tu recuerdo inunda cada minuto en mi existencia.

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