Por Eduardo Muñoz
Valle de Chalco Solidaridad, Méx.-
Pese a que durante su mandato constitucional –de 2003 a 2006-, fue calificado
por priístas y perredistas como “ladrón”, “traidor”, “rata” y “escoria
política”, el diputado federal con licencia, Miguel Angel Luna Munguía, volvió
a registrarse como candidato a la presidencia municipal de Valle de Chalco y se
perfila hoy como el más firme aspirante a ocupar la titularidad del
ayuntamiento.
No obstante que en su momento
acumuló 25 demandas penales por fraude maquinado, enriquecimiento inexplicable,
malversación de fondos, despojo y fraccionamiento clandestino, así como otras
40 administrativas por abuso de autoridad contra trabajadores del gobierno,
esto no bastó para destituirlo y enjuiciarlo, pese a que las denuncias estaban
en manos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, la PGR,
la Cámara de Diputados, la Contraloría del Poder Legislativo y el Organo
Superior de Fiscalización.
Cabe destacar que el “hoy priísta”
Miguel Angel Luna Munguía llegó al poder como abanderado del PRD, en el año
2003, luego que el Revolucionario Institucional le negara la postulación.
EXIGEN
DESTITUIRLO
Sin embargo, a sólo 7 meses de
iniciado su gobierno, los problemas empezaron a abrumarlo. El 7 de mayo de
2004, 6 regidores y el síndico del ayuntamiento solicitaron al Congreso del
Estado de México la revocación de su mandato y la instalación de un concejo
municipal, debido a que el alcalde “perredista” se negaba a respetar los
acuerdos de cabildo, llevar a cabo obra pública sin recurrir a las
licitaciones, fomentar la violencia y despedir masivamente a trabajadores no
incondicionales.
El 21 de noviembre de ese año
(2004), 20 organizaciones de taxistas, comerciantes, transportistas y maestros,
entre otros, exigieron al Congreso mexiquense la revocación del mandato de Luna
Munguía, acusándolo de promover ilegalmente el cambio de uso de suelo en El
Agostadero y La Estación Xico.
En el primer caso, señalaron los
denunciantes, el edil permitió el fraccionamiento clandestino de los líderes
Marcelino Guzmán León y Domitilo Guzmán Villegas. Sobre el particular, la
Subdirección de Responsabilidades del Pode Legislativo inició el acta 626/2004.
En el segundo caso (La Estación
Xico), el titular del ayuntamiento promovió y solapó la construcción de 3,400
viviendas de interés social en el predio La Mesa, sin importarle que se trataba
de una riquísima zona arqueológica, donde se hallaron innumerables vestigios de
la cultura teotihuacana.
SIN REDENCION
El 13 de diciembre de 2004, en
conferencia de prensa, el PRD lo calificó de “chaquetero” y delincuente, ya que
“despilfarró” 116 millones de pesos en la adquisición de camiones para la
constructora de su hermano y en la realización de pésimos trabajos durante la
pavimentación de la avenida Alfredo del Mazo.
Además, sus detractores perredistas
lo acusaron de malgastar 7 millones en una asfaltadora, 7 millones en la compra
de un terreno en Bahías de Huatulco, 7 millones en la adquisición de un rancho
que poseía la exalcaldesa de Chalco, Martha Patricia Rivera Pérez, 7 millones
en otro terreno ubicado en el norte de la República, y 8 millones que le
entregó Rosario Robles para su campaña política.
En 2005 no le fue mejor al hoy
precandidato del tricolor a la alcaldía vallechalquense. El titular de la
Contraloría del Poder Legislativo, Victorino Barrios Dávalos, documentó 9
procedimientos administrativos en su contra. Además, PRI, PRD y PAN lo
detestaban.
El 17 de agosto de ese año, el
regidor panista del ayuntamiento, Rogelio Tiscareño Martínez, pidió a las
autoridades investigar las cuentas bancarias del munícipe, en las que se
estimaba un monto de 94 millones de pesos propiedad de los contribuyentes, sin
soslayar las múltiples propiedades del funcionario, adquiridas de manera
“ilícita”.
En 2006, pese a la denuncia pública
de tropelías, Miguel Angel Luna Munguía autorizó para él y 6 regidores
“afines”, bonos cuatrimestrales de entre 473 mil y 625 mil pesos. Y para
concluir su mandato, él y sus incondicionales se autorizaron en cabildo un
“bono de marcha” por 13 millones de pesos.
Al
conocer que estaba a punto de consumarse una arbitrariedad más contra un pueblo
en extrema pobreza, el PRD nacional le advirtió que si cobraba ese dinero, le
suspendería sus derechos políticos, así que el alcalde en funciones simplemente
volvió a cambiarse de “chaquetín” y se transformó otra vez en priísta, bandera
que hoy enarbola para “sacrificarse” nuevamente por sus “hermanos
vallechalquenses”.
WoW!!
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