• Sorprenden al comandante Julio Castelán Ramírez, cuando
“ordeñaba” la gasolina a las moto-patrullas, pero, hay que recordar que éste
policía-ladrón se vio inmiscuido en el robo de cajeros automáticos en Puebla.
• El comandante Juan Antonio López Méndez, El Pantro, con su
gente, intentó “liberar” a su compañero, pero, no lo logró. Actitud que
demuestra la complicidad que se da entre altos mandos y policías delincuentes
Por J. MARTIN PONCE R.
NETZAHUALCOYOTL, Méx.- Julio Castelán Ramírez, prófugo de la
justicia y actualmente, flamante policía municipal de Neza, fue sorprendido
“ordeñando” la gasolina a las moto-patrullas, pero, hay que recordar que este
sujeto está relacionado con una banda de ladrones dedicada al robo de cajeros
automáticos y, ocho de sus cómplices –también policías municipales- están
encarcelados en Puebla.
Castelán Ramírez es un viejo y mañoso pájaro de cuenta, cuya
presencia en la policía municipal de Neza, es una muestra más, de cómo Jorge Amador
Amador, director general de Seguridad Ciudadana, da cabida y cobijo a
policías-delincuentes, quienes realizan el trabajo sucio que les reditúa
millonarias ganancias, lo que, deja en claro que el director de la policía
tiene nexos con la delincuencia organizada.
Pese a toda esta situación de contubernio, abuso de
autoridad y corrupción que se ha registrado en la policía municipal de Neza,
durante las cuatro administraciones que lleva ya al frente de la policía,
Amador Amador ha sabido tejer una auténtica red de complicidades, donde, las
víctimas, no sólo son ladrones y malvivientes, sino, hasta el mismo pueblo.
Pese a todo este lodazal que el pueblo de Neza conoce, sabe
y teme, el presidente municipal perredista, Juan Hugo de la Rosa García, parece
“no saber nada”, esconde la cabeza en vez de investigar y limpiar la
corporación, pero todo indica que al sostener a Jorge Amador, él también es
parte de esa mafia de policías delincuentes.
Lo que pareciera un delito menor, robar gasolina a las
moto-patrullas, deja a flote el negro historial de Julio Castelán Ramírez,
adscrito al Sector XI, UTN, quien fue detenido por elementos de Inspección
General de la misma corporación, la noche del pasado viernes 4 de agosto, justo
en el momento en que se hallaba “ordeñando” las motos. Ante esta vergonzosa
situación, Castelán Ramírez fue presentado ante el agente del Ministerio
Público de La Perla.
Instantes después, hacen acto de presencia el comandante
Juan Antonio López Méndez, El Pantro, jefe de Servicios del Sector XI, con una
pandilla de sus elementos, pretendiendo hacer presión para liberar y llevarse a
su compañero Castelán Ramírez. Ante esta situación se armó el San Quintín,
incluso, afirman que la sangre estuvo a punto de llegar al río, sólo que,
gracias a la oportuna intervención del ministerio público, evitó un violento
enfrentamiento, que incluso, pudo haber llegado a los balazos.
Pese a esta trifulca Castelán Ramírez, permaneció en calidad
de presentado ante la autoridad ministerial. Sin embargo, como ha ocurrido
siempre, pasaron las horas, dejaron enfriar el asunto, para que, Jorge Amador y
López Méndez, El Pantro, movieran sus influencias para rescatar de las garras
de la Justicia a su compañero y cómplice, quien fue liberado el domingo 7 y,
todo parece indicar, que ahí quedó este grave asunto de corrupción y robo de
gasolina.
De este evento la licenciada Sara Ortiz Gutiérrez, inició la
carpeta de investigación: NEZ/NZ2/062/028631/16/08 por el delito de robo, pero,
de todos modos, El Semanario Mi CORRESPONSAL supo de buena fuente que Castelán
Ramírez, está libre, sigue uniformado y en las andadas, pues ese es su
principal trabajo: robar. Cosa que sabe hacer muy bien.
VIEJO PAJARO DE CUENTA
Como oportunamente lo informó este semanario en su edición
398, de fecha lunes 14 de enero de 2013, Castelán Ramírez junto con
policías-delincuentes de Neza, pertenecían a una bien organizada banda de roba
cajeros automáticos, esto es, siempre en grupo o pandilla llegaban al cajero
seleccionado, regularmente estados vecinos, como el de Puebla.
Resulta que la madrugada del 7 de diciembre del 2012
policías municipales de Ahuazotepec, municipio de Huauchinango, Puebla,
sorprendieron a un grupo de delincuentes, robando, literalmente, un cajero
automático, el cual, arrancaron con barretas, mazos y cinceles y, ya lo estaban
arrastrando, cuando fueron sorprendidos por la policía municipal; se registró
una balacera, pero, no hubo lesionados ni muertos, pero sí, detenidos, entre
ellos: el comandante César Saúl Hernández, El Pantera, jefe de Turno de la
policía municipal de Netzahualcóyotl en el Sector VIII.
Junto con él, se detuvo a María Angélica Ramírez González,
Mario Miramontes Piña, Elio Israel de la Cruz San Agustín, Rubén Alatorre
Contreras, David Cecilio Miguel López, Hugo Enrique Hernández Goicochea y Mario
Rafael Luna Zamora. En la confusión y enfrentamiento a balazos, otros dos
delincuentes lograron escapar, entre ellos: el comandante Julio Castelán
Ramírez y Alfonso Adrián Velázquez Romero, El Tirabalas, jefe de Turno y elemento
respectivamente del Sector VIII.
La policía poblana incautó a los policías ladrones de Neza,
armas de fuego, marros, macetas, cinceles, barretas, cadenas y una camioneta
Chevrolet, blanca, tipo Van. Estos hechos quedaron registrados en la averiguación
previa 1188/2012/HUAUCHINANGO, por el delito de robo. Actualmente, todos los
detenidos purgan una condena en una cárcel de Puebla, menos, Castelán Ramírez y
Velázquez Romero, El Tirablas.
Este suceso fue una vergüenza para la policía municipal de
Neza, que aún pertenecía a un gobierno priísta. Días después vino el cambio de
gobierno, entra el PRD y, Jorge Amador es nombrado jefe de la policía
municipal, quien en vez de limpiar la dependencia policiaca, la contaminó aún
más, al traer él mismo, a sus propios policías ladrones, como, ahora, después
de cuatro gobiernos perredistas, lo sigue haciendo.
Claro ejemplo es el caso del comandante Julio Castelán
Ramírez, prófugo de la justicia de Puebla, quien desde hace años sigue activo
dentro de la corporación, protegido por su jefe Amador Amador, pero, es sólo
una muestra de la clase de policías-ladrones y cómplices a quienes ha dado no
sólo un lugar dentro de la corporación, sino, hasta cargos como premio a sus
hazañas delictivas.
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