Y si contemplas las estrellas y se te llena el
alma de imposibles, es que mi soledad viene a besarte.
Marcela Serrano
Estela
Juana María Álvarez Méndez tenía 27 años, era madre de cuatro pequeños, fue
encontrada asesinada el 5 de octubre de 2017, en Nezahualcóyotl, Estado de
México, hasta el momento no hay ni siquiera sospechosos; solo una familia más
asesinada junto con la mujer que sin miramientos les arrebataron.
Ellos
son las VOCES DE LA AUSENCIA
CARTA A MI
HIJA.
Hola hija,
a casi dos meses y medio desde que Dios te llamó y decidió llevarte con él, no
lleno y no llenaré jamás ese inmenso vacío que dejaste en el corazón de cada
uno de los que te amamos y te amaremos por siempre, no sé cuándo ni cómo sanará
esa herida que sangra día con día.
Hija desde
tu partida no he podido estar en paz, no hay cosa que llene mi alma, ni algo
que alegre mi vida a cada momento e instante imagino tu sonrisa, tus palabras
las escucho cerca de mí, esa voz que me decía, como estás, ahora sabrás como me
encuentro sin ti, destrozada, acabada, sin ánimos de nada.
Sé que a ti estás fechas te gustaban tanto,
espero puedas leer muy bien ésta carta y sepas que no demorará el tiempo de
estarte esperando, aunque sea en sueños vengas a darme ese abrazo que me
consolaba tanto. Gracias por esos 27 años que compartiste conmigo, alegrías,
tristezas y gracias por escogerme como tu mamá fue la dicha más hermosa el
haberte llevado y cargado esos maravillosos 9 meses en mi vientre y saber que
venía una niña hermosa me hizo sentir la mujer más feliz del mundo.
Hija tú
vives y vivirás por siempre en el corazón de cada uno de los que te amamos,
Princesa y aunque ya no estés aquí, tú tienes esa luz que nos ilumina y nos
protege de todo peligro y gracias te damos por no abandonarnos por permitirnos
verte en nuestros sueños y por permitirles a tus hijos verte por lo menos en
una estrella y saber que alumbras el corazón de ellos, te mandan decir tus
hijos que junto a los seres queridos con los que te encuentras te desean ellos
y nosotros una Feliz Navidad. Por último, quiero darte las gracias por las
personitas que nos dejaste, fue el regalo más preciado que nos pudiste dar.
Dios te
bendiga por siempre hija mía, mi Juanita, nunca nos olvides.
Atentamente.
Tus padres,
hermanos e hijos
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