
Lo anterior fue denunciado por José Tapia, del Comité en
Defensa del Cerro “El Elefante”, quien dijo que este predio no sólo tiene
vocación ambiental, sino que también reúne un patrimonio cultural trascendental
pues en él se hallan dos sitios arqueológicos (uno en las faldas y otro en la
cima), “y se han encontrado vestigios arqueológicos y antropológicos que hablan
de una ocupación humana en Tlapacoya de más de 22 mil años”.
Aseguró que el Centro INAH Estado de México, contraviniendo
leyes y ordenamientos en la materia, aprobó el proyecto de construcción del
parque ecoturístico, según de “menor impacto”, que está lastimando directamente
el sitio arqueológico pues en sus límites han excavado pozos y han colocado una
larga barda de piedra para hacer una pista para cuatrimotos, y lo más
lamentable es la continua quemazón de pastizales para facilitar las obras.
José Tapia denunció que con la aprobación de esta obra, las
partes involucradas como el INAH y la diputada Maricela Serrano, violan o
incumplen los artículos 27, 28, 32, 44 y 52 de la Ley Federal de Monumentos
Arqueológicos, Artísticos e Históricos y 42, 43 y 52 de su Reglamento, y los
artículos 1, 3, 6, 7, 8, 30, 64, 66 y 67 de la Ley General de Bienes
Nacionales.
Detalló que desde febrero del año pasado se inició la obra
en la cima del cerro con la colocación de una escultura de lámina, de 29 metros
de alto por 25 metros de ancho, que fue suspendida temporalmente en mayo pasado
por el Centro INAH Estado de México, pero ahora resulta que esta institución
aprobó el proyecto, que se reanudó en la primera semana de enero de 2018.
Dijo que en una reunión en marzo de 2017, vecinos de
Tlapacoya manifestaron su desacuerdo por la obra ya que no es necesaria y
conlleva una notable afectación ambiental y al patrimonio cultural, pero la
diputada Maricela Serrano prácticamente había anunciado el despojo del que
sería objeto la población, al sostener que quien se dijera propietario del
cerro lo demostrara y que, en todo caso, tendría que iniciar un juicio para
pelearlo porque la obra de todas maneras se realizaría.
José Tapia cuestionó cómo es posible una autoridad federal,
como el Centro INAH Edomex. puede autorizar a una persona física o moral que
disponga de un bien nacional, en este caso el Cerro “El Elefante” que, al
albergar sitios arqueológicos, es de hecho un bien inmueble de la nación.
“La ambición por poseer más tierra para la gente de Antorcha
no debe ser la norma para que las autoridades federales validen este tipo de
proyectos, añadió el activista.
Comentó que el proyecto del parque ecoturístico en el Cerro
El Elefante no cuenta con Manifestación de Impacto Ambiental ni con la
autorización del cambio de uso de suelo en terreno forestal.
Expuso que para realizar la obra en el cerro, que es un bien
inmueble de la nación y de uso común, el gobierno municipal debió hacer entre
la comunidad de Tlapacoya una consulta previa, libre e informada; “sin embargo,
pretende llevarla a cabo de manera arbitraria sin importarle ocasionar un
desequilibrio ecológico, acelerando la extinción de especies animales y
vegetales silvestres”.
José Tapia, quien es nativo de Tlapacoya, recalcó que el
cerro es el único en la región oriente del estado que se mantiene como espacio
verde y que una de sus funciones vitales es la recarga de los mantos acuíferos
que abastecen tanto al pueblo de Tlapacoya como a otras comunidades.
Hasta ahora, agregó, han tapado las cañada y barranca para
hacer un lago artificial –contemplado en el proyecto-- con lo que estarían
impidiendo la filtración del agua de lluvia al subsuelo. “Qué decir del
ecocidio que están causando con los incendios que provocan para facilitar las
obras, sin importar la aniquilación de diferentes especies de animales y plantas”,
recalcó.
En pocas palabras, dijo, el gobierno municipal cada vez le
abona más al cambio climático, no le basta con el efecto invernadero producido
por los altos índices de contaminación, sino que quiere poner su granito de
arena contribuyendo a poner en peligro el agua, suelo y aire del pueblo de
Tlapacoya, su cerro, y su entorno.
Mencionó que el Comisariado Ejidal de Tlapacoya es quien
está entregando el cerro, porque arguye que tiene el resguardo del mismo; sin
embargo, la Reforma Agraria con sede en Texcoco ha reconocido que el cerro no
es de carácter agrario, porque no está comprendido dentro de las tierras del
ejido de Tlapacoya, según la carpeta básica referente a la dotación de tierras
de que fue objeto el pueblo en el año de 1922.
José Tapia destacó el daño ambiental que ocasionará esta
obra, más que a una persona concreta, concierne a toda la sociedad y demandó el
cumplimiento de los preceptos constitucionales y de las leyes en materia
ambiental y arqueológica para la preservación, conservación y mejoramiento del
patrimonio cultural contenido en el Cerro “El Elefante”.
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