El lugar donde policías del sector hormiga de la delegación
Azcapotzalco detuvieron a Marco Antonio Sánchez Flores se ha convertido en una
zona de extorsión. Comerciantes, choferes de microbuses y taxis, y checadores
denuncian que los policías se dedican a hacer revisiones a estudiantes, sobre
todo a adolescentes, en lugar de detener a los delincuentes en flagrancia.
“Detienen a los chavos, los revisan allá adelante. Todo este
tramo es para ellos dinero, en toda la periferia, desde en la mañana, agarran a
los chavos. Van pasando los muchachos por aquí, compran su cigarro, se lo van
fumando y se les vienen en sentido contrario y ahí los revisan, pero la revisión
no es para evitar delitos, es para extorsionarlos, porque hay delitos aquí, se
roban las Vans, de una línea se han robado 11 en seis meses, y no los
detienen”, afirma uno de los choferes, quien prefiere no dar su nombre.
Donde los policías detuvieron a Marco Antonio es el área
donde se unen la terminal de la Línea 7 del Metro de la CDMX, que va del
Rosario a Barranca del Muerto, con la del Metrobús Línea 6 que va del Rosario a
Villa de Aragón. Es también la zona donde está ubicado el Colegio de Bachilleres
1 (a sólo siete minutos, caminando, del Metrobús Rosario) y el CCH Azcapotzalco
(a unos 12 minutos caminando de donde detuvieron al adolescente).
En la zona, afirman los choferes, han crecido el
narcomenudeo y los asaltos a transporte. El grupo de choferes y comerciantes
dice bajito, casi en susurro, que hay un cartel acá. Los policías en lugar de
combatir los delitos, subrayan, hostigan a choferes y estudiantes.
Los grafitis que supuestamente estaba fotografiando Marco
Antonio están justo en la acera de atrás del Metrobús el Rosario. Son alrededor
de una docena. Todos de tipo urbano: letras, signos, números, como los de
muchas aceras de la ciudad. No hay ninguno demasiado estilizado y mucho menos
un mural. Una alambrada entre la pared y la acera vuelve el punto un pasillo
estrecho, largo. Supuestamente por ahí corrió el adolescente hasta llegar al
andén del Metrobús, donde lo detuvieron los policías.
Animal Político tomó videos y fotos, por más de una hora, de
los grafitis y el pasillo estrecho por donde debió correr Marco. La cámara que
está colocada justo enfrente de la entrada del Metrobús y el andén, las cámaras dispuestas en la
puerta de la estación y hasta el lugar donde los policías alcanzaron al
muchacho. Una hora y nadie, ningún policía ni guardia del Metrobús, se acercó
siquiera a preguntar a la reportera por qué estaba tomando fotos o grabando
videos con su celular.
Esas cámaras, al menos la que está afuera, en la acera de
enfrente del Metrobús sirven, eso aseguran los choferes y comerciantes, quienes
reportan que cada mes llega personal técnico a revisarlas. Aunque afirman que
no cuenta con botón de pánico.
Del punto de la detención de Marco Antonio a la Agencia del
Ministerio Público Número 40, en la colonia San Pablo Xalpa, en Azcapotzalco,
donde supuestamente debieron llevarlo los policías apenas se hacen siete
minutos de traslado, en auto.
Si la patrulla hubiera hecho ese recorrido, habría pasado
primero por la calle Cultura Norte, para después tomar Avenida de las Culturas,
justo enfrente del Colegio de Bachilleres 1 y la estación del Metrobús del
mismo nombre. Luego seguiría por la calle Andrés Henestrosa y luego por FFCC
Nacionales. Hoy domingo la ruta está casi desierta. Los puestos de comida están
cerrados y poca gente camina por las calles, pero entre semana, en martes por
la tarde, el movimiento es intenso.
No quiero que Marco sea el número 44
Cientos de personas, entre estudiantes, activistas,
familiares, y ciudadanos, se concentraron este domingo en el monumento del
Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México, para exigir la aparición con
vida de Marco Antonio Sánchez Flores.
“No más desapariciones forzadas”, “Queremos justicia, no más
secuestros por autoridades”, o “¿Dónde está Marco?”, fueron algunas de las
pancartas que portaban los ciudadanos, quienes se manifestaron durante tres
horas en el corazón de la capital, desde las 13 horas hasta aproximadamente las
16 horas de la tarde.
Los manifestantes cortaron durante varios minutos un carril
de Reforma y también el acceso a la Glorieta del Ángel a la altura de la calle
Florencia, sin generar afectaciones viales de consideración. Asimismo, al final
de la protesta un grupo de ciudadanos increpó y persiguió durante unos minutos
a un elemento de la policía capitalina y a un observador del Gobierno de la
Ciudad de México, pero el altercado no pasó mayores, ni se produjo ningún hecho
violento.
Entre los asistentes a la manifestación se encontraban
familiares del adolescente, como Magnolia Sánchez, su hermana, quien acusó a
las autoridades del gobierno capitalino de no ofrecer resultados en la
localización del menor a seis días de la desaparición, y de estar encubriendo a
los policías que participaron en los hechos.
“No quiero que Marco Antonio sea el número 44 y que sigamos
sin respuestas”, dijo Magnolia, haciendo referencia a los 43 estudiantes de
Ayotzinapa que desaparecieron el 26 de septiembre de 2014, luego de que también
fueron aprehendidos por elementos policiacos de Guerrero.
“Necesitamos respuestas de su paradero ya –subrayó-. Las
autoridades tienen los videos y saben qué policías fueron quienes se lo
llevaron. Les exigimos que nos entreguen a Marco con vida”.
“Marco no es un delincuente, es gente de bien”, aseguró por
su parte Raúl Martínez Sánchez, primo del joven. “Es un buen estudiante, de la
Preparatoria Número 8 de la UNAM. Un joven sano, al que le gusta salir a correr
y es cinta negra de Tae Kwon do”.
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