jueves, 4 de enero de 2018

MOTOTAXIS PROVOCAN CAOS EN EDOMEX


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Promulgada el 12 de agosto de 2015, la Ley de Movilidad y Transporte del Estado de México, discutida y revisada por expertos en la materia, con opiniones de funcionarios y diputados locales, nunca incluyó el servicio de los llamados mototaxis, vehículos que operan en varias zonas de la entidad sin ningún tipo de regulación, debido a que su funcionamiento no está contemplado en el marco legal.

Estimaciones de la dependencia, con datos de la gestión de Edmundo Ranero Barrera, advierten que existen más de 20 mil mototaxis circulando en las diferentes localidades del estado, siendo la zona oriente la que más registra presencia de estas unidades que ofrecen servicio de traslado a la población.

En municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Los Reyes La Paz, Chimalhuacán y Valle de Chalco es común observar en calles y avenidas a los mototaxis, los cuales en su mayoría portan mantas rotuladas con las organizaciones sociales a las que están adheridos.

Sin embargo, en localidades como la propia capital del Estado de México también se ha reportado la presencia de estos vehículos motorizados, cuyos conductores revelan que son extorsionados por autoridades que les exigen cuotas de dinero a cambio de permitirles circular.

Se trata de otro tema que deberá revisar el actual gobernador Alfredo del Mazo Maza, quien lleva apenas poco más de tres meses al frente de la administración estatal, sin que exista pronunciamiento público al respecto de él ni de su Secretario de Movilidad, Raymundo Martínez Carbajal, amén de que en cada evento público el jefe del Ejecutivo está cerrado y asilado ante los representantes de los medios de comunicación.

Si bien dicha ley que fue promulgada por su antecesor, Eruviel Avila Villegas, jamás contempló la operación de este servicio, el actual mandatario estatal tendrá el reto de abordar este rubro para evitar que continúe la anarquía en torno a los mototaxis, en cuyos vehículos existen numerosas historias que se enmarcan en el peligro y la inseguridad para la población.

En el título primero, correspondiente a las disposiciones generales, en el artículo 2 de las definiciones se establece que la motocicleta es un “vehículo motorizado que utiliza manubrio para su conducción, con dos o más ruedas, que está equipado con motor eléctrico o de combustión interna y que debe cumplir con las disposiciones estipuladas en la Norma Oficial Mexicana en materia de identificación vehicular”.

Enseguida define al motociclista como la persona que conduce una motocicleta, pero nunca estipula que ésta pueda ofrecer un servicio de transporte, tal y como sucede en los diferentes municipios.

La misma ley define a la movilidad como el “derecho del que goza toda persona, sin importar su residencia, condición, modo o modalidad de transporte que utiliza, para realizar los desplazamientos efectivos dentro del Estado”.

Pero en ninguna parte se refiere al funcionamiento de los mototaxis, y mucho menos para ser utilizados por los habitantes para poder desplazarse de un punto a otro, lo que convierte a este servicio en una anarquía tolerada por presidentes municipales y la propia Secretaría de Movilidad.

Sin embargo, la Ley de Movilidad del Estado de México, en el artículo 34, de la clasificación del servicio de transporte público contempla el ecotaxi y lo define como “vehículo no motorizado que cumplan con las características físicas y de operación que establezca la norma técnica correspondiente. Quedando estrictamente prohibido desarrollarlo con adecuaciones no previstas expresamente en la legislación aplicable”.

OPCION DE AUTOEMPLEO

A pesar de las cifras alegres del gobierno, relacionadas a que en el presente sexenio se ha logrado crear el mayor número de plazas laborales con cifras históricas, la falta de oportunidades para conseguir un trabajo bien remunerado obliga a los habitantes de diversos municipios mexiquenses a autoemplearse en los mototaxis.

Javier Romero Hernández, vecino de Nezahualcóyotl y conductor de uno de estos vehículos, afirmó que después de estar tocando puertas y de esperar a que lo llamaran para ver si le daban empleo, desesperado ante la presión de los gastos en su familia, optó por endeudarse para comprar una moto y adaptarla para poder brindar el servicio.

“Nadie te ayuda, ni el gobierno mete las manos por ti para conseguir trabajo; por eso me ví en la necesidad de manejar el mototaxi. No ganas mucho, pero al menos te permite obtener unas monedas para sobrellevar los gastos de la casa”, dijo luego de aceptar una charla con LA PRENSA.

Padre de dos hijos de diez y ocho años de edad, Javier reveló que tienen que pagar cuotas a los líderes que los apadrinan. “Ellos te representan ante cualquier autoridad, y cuando hay revisiones y nos quieren atorar, sólo les llamamos y arreglan el asunto”, manifestó a bordo de su vehículo. No obstante, se reservó la respuesta a la pregunta sobre el nombre de la organización a la que pertenece.

En el municipio de Chimalhuacán, Ernesto Gómez García, un joven de 20 años de edad, conductor de otro mototaxi, también accedió a responder algunos cuestionamientos de este diario. Aseguró que están afiliados a organizaciones que los protegen desde el mismo ayuntamiento.

Lo mismo que en Nezahualcóyotl, los mototaxistas de esa localidad que también pertenece a la zona oriente del Estado de México, tienen que reportar la entrega de cuotas para poder circular sin ser molestados por las autoridades. Las cantidades de dinero llegan a varias de una zona a otra, pero de acuerdo con los entrevistados el “entre” va desde los 35 hasta los 50 pesos semanales.

Ernesto asegura que su ganancia es de entre 250 y 350 pesos diarios, pues aseveró que como tampoco hay tarifas fijas el cobro a los usuarios oscila entre 10 y 20 pesos, dependiendo de la distancia, siendo que en ocasiones, dijo, le han llegado a pagar hasta 35 pesos “cuando las personas llevan prisa”.

En las calles de Los Reyes La Paz, un municipio también ubicado en la misma región, Rolando Medina Negrete circula todos los días en su mototaxi. Trabaja entre 10 y 12 horas diarias. “Me levanto a las seis de la mañana y a las siete ya estoy trepado, listo para llevar gente”, dijo al manifestar que en ocasiones no descansa ni un solo día.

“Antes, me daba el chance de tomar el domingo, pero las cosas van mal y las ganancias casi siempre son limitadas, por eso tuve que salir a trabajar todos los días”, agregó al relatar que entre semana en ocasiones hay poca gente.

“Mira, desde que subió la gasolina vimos cómo comenzamos a perder, antes eran 30 o 40 pesos y ahora le tenemos que estar metiendo casi el doble de combustible diario, y todo esto vino a partirnos la madre”, indicó el mototaxista, quien no ocultó su enojo por el precio de las gasolinas.

Dijo al igual que los otros entrevistados, que está obligado a pagar cuotas a los dirigentes de la organización que los agremia. “Es para que no te molesten, así son las cosas, el mismo gobierno se hace pato con esto de los dineros”.

AMENAZAS RODANTES

En agosto del año que está por terminar, después de todo el capítulo que se vivió tras la ejecución de Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, líder criminal que operaba en la delegación Tláhuac, muy cerca de los linderos de la zona oriente del Estado de México, las autoridades mexiquenses desataron una serie de operativos para retirar a los mototaxis que circulaban en localidades de la región, particularmente en Valle de Chalco.

El caído cabecilla, según informes de la procuraduría de la ciudad de México, utilizaba a choferes de estos vehículos como “halcones”, o bien, como transportadores de estupefacientes de toda la red criminal que estaba a su servicio.

Esto motivo que el despliegue de elementos policiacos en los municipios circunvecinos para retirar a estos vehículos ante la sospecha de que también mantenían prácticas similares a las que en su momento caracterizaron al grupo delictivo que encabezaba “El Ojos”.

Los argumentos utilizados por las autoridades mexiquenses también se vieron reforzados por testimonios de usuarios de mototaxis, como Julieta Méndez Romero, vecina de Chimalhuacán, quien afirmó que “los ciudadanos se quejan de que los choferes andan drogados y muchas veces han intentado robar a la gente”.

Al sostener una breve charca sobre este servicio no dudó en descalificarlo y en manifestar que “hubo un caso donde se supo de una muchacha que estuvo en peligro de ser violada por uno de estos señores, quien se desvió del destino al que se dirigía la joven, pero por fortuna los gritos de ella la salvaron”.

Agregó que además no están conscientes de que llevan personas, pues manejan de manera muy salvaje, sin respetar los semáforos ni las banquetas. “Son amenazas rodantes que nadie controla y que han proliferado aquí en Chimalhuacán, donde están protegidos por la organización de antorcha”, dijo.

De esta manera, la Secretaría de Movilidad, entonces encabezada por Edmundo Ranero Barrera, funcionario del gobierno de Eruviel Avila, procedió a implementar operativos y retenes en los municipios del oriente de la entidad para detener y sancionar a los mototaxis.

Las autoridades admitieron que ese medio de transporte estaba prohibido y que no habría ninguna excusa para detener a las unidades prestaban el servicio “porque no están autorizados en el estado”.

La Secretaría de Movilidad acotó que la única intención era “brindarle” seguridad al usuario para que no pusiera en peligro su vida. También el año pasado, el entonces subsecretario de Movilidad del gobierno del Estado de México, Jorge Arredondo Guillén, reconoció que tras la promulgación de la ley en la materia los mototaxis no estaban autorizados para dar este tipo de servicio.

La dependencia reconoció que por los menos 50 de los 125 municipios del territorio local tenían presencia de mototaxis y que lo más idóneo era convertirlos en ecotaxis, la figura que sí se contempla en el marco legal de movilidad, con el fin de que las personas autoempleadas en ese giro pudieron trabajar en el marco legal.

Sin embargo, nunca prosperó nada de lo que proyecto el gobierno estatal, mientras los municipios, también a conveniencia por las organizaciones que respaldan a los grupos que gobiernan, se hicieron de la vista gorda.

Las palabras de Jorge Arredondo Guillen fueron contundentes, en el sentido de que la ley de movilidad establecía que para hacer uso de transporte público deben de convertirse todas las organizaciones en empresas, sociedades mercantiles que permitan tener un control, un consejo administrativo, y que en el caso concreto del mototaxi no estén al arbitrio de coyotes o líderes que regentean a los muchachos, pero sus palabras se las llevó el viento.

PROYECTOS FALLIDOS

En julio pasado, el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en el Congreso local propuso reglamentar el funcionamiento de esta modalidad de transporte mediante reformas al Código Administrativo y a la Ley de Movilidad del Estado de México.

El propósito, según los legisladores, era combatir la inseguridad en el transporte público, formalizar el servicio de mototaxis que prestan las mil unidades de este tipo en la entidad y contribuir al mejoramiento de la movilidad urbana.

En su momento, el diputado David Sánchez Isidoro, quien presentó la iniciativa en sesión del sexto periodo Ordinario, manifestó que se había incrementado esta modalidad de transporte a pesar de no estar regulada, debido a su bajo costo.

El diputado ofreció datos y dijo que que más de 63 por ciento de los mexiquenses utilizaban de dos a cuatro servicios de transporte al día, y “muchos recurren a los mototaxis para reducir el gasto que representan sus traslados, por lo que se debe tener una normativa adecuada para este servicio y otorgar garantías mínimas de seguridad a los usuarios”.


La iniciativa fue turnada a las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales y de Comunicaciones y Transportes y solo quedó en eso, en proyecto que no prosperó por los fuertes intereses de los grupos políticos que a través de las diversas organizaciones mantienen afiliados a los conductores de estos vehículos.


RUBEN PEREZ

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