Promulgada el 12 de agosto de 2015, la Ley de Movilidad y
Transporte del Estado de México, discutida y revisada por expertos en la
materia, con opiniones de funcionarios y diputados locales, nunca incluyó el
servicio de los llamados mototaxis, vehículos que operan en varias zonas de la
entidad sin ningún tipo de regulación, debido a que su funcionamiento no está
contemplado en el marco legal.
Estimaciones de la dependencia, con datos de la gestión de
Edmundo Ranero Barrera, advierten que existen más de 20 mil mototaxis
circulando en las diferentes localidades del estado, siendo la zona oriente la
que más registra presencia de estas unidades que ofrecen servicio de traslado a
la población.
En municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Los Reyes La
Paz, Chimalhuacán y Valle de Chalco es común observar en calles y avenidas a
los mototaxis, los cuales en su mayoría portan mantas rotuladas con las
organizaciones sociales a las que están adheridos.
Sin embargo, en localidades como la propia capital del
Estado de México también se ha reportado la presencia de estos vehículos
motorizados, cuyos conductores revelan que son extorsionados por autoridades
que les exigen cuotas de dinero a cambio de permitirles circular.
Se trata de otro tema que deberá revisar el actual
gobernador Alfredo del Mazo Maza, quien lleva apenas poco más de tres meses al
frente de la administración estatal, sin que exista pronunciamiento público al
respecto de él ni de su Secretario de Movilidad, Raymundo Martínez Carbajal,
amén de que en cada evento público el jefe del Ejecutivo está cerrado y asilado
ante los representantes de los medios de comunicación.
Si bien dicha ley que fue promulgada por su antecesor,
Eruviel Avila Villegas, jamás contempló la operación de este servicio, el
actual mandatario estatal tendrá el reto de abordar este rubro para evitar que
continúe la anarquía en torno a los mototaxis, en cuyos vehículos existen
numerosas historias que se enmarcan en el peligro y la inseguridad para la
población.
En el título primero, correspondiente a las disposiciones
generales, en el artículo 2 de las definiciones se establece que la motocicleta
es un “vehículo motorizado que utiliza manubrio para su conducción, con dos o más
ruedas, que está equipado con motor eléctrico o de combustión interna y que
debe cumplir con las disposiciones estipuladas en la Norma Oficial Mexicana en
materia de identificación vehicular”.
Enseguida define al motociclista como la persona que conduce
una motocicleta, pero nunca estipula que ésta pueda ofrecer un servicio de
transporte, tal y como sucede en los diferentes municipios.
La misma ley define a la movilidad como el “derecho del que
goza toda persona, sin importar su residencia, condición, modo o modalidad de
transporte que utiliza, para realizar los desplazamientos efectivos dentro del
Estado”.
Pero en ninguna parte se refiere al funcionamiento de los
mototaxis, y mucho menos para ser utilizados por los habitantes para poder
desplazarse de un punto a otro, lo que convierte a este servicio en una
anarquía tolerada por presidentes municipales y la propia Secretaría de
Movilidad.
Sin embargo, la Ley de Movilidad del Estado de México, en el
artículo 34, de la clasificación del servicio de transporte público contempla
el ecotaxi y lo define como “vehículo no motorizado que cumplan con las
características físicas y de operación que establezca la norma técnica
correspondiente. Quedando estrictamente prohibido desarrollarlo con
adecuaciones no previstas expresamente en la legislación aplicable”.
OPCION DE AUTOEMPLEO
A pesar de las cifras alegres del gobierno, relacionadas a
que en el presente sexenio se ha logrado crear el mayor número de plazas
laborales con cifras históricas, la falta de oportunidades para conseguir un
trabajo bien remunerado obliga a los habitantes de diversos municipios
mexiquenses a autoemplearse en los mototaxis.
Javier Romero Hernández, vecino de Nezahualcóyotl y
conductor de uno de estos vehículos, afirmó que después de estar tocando
puertas y de esperar a que lo llamaran para ver si le daban empleo, desesperado
ante la presión de los gastos en su familia, optó por endeudarse para comprar
una moto y adaptarla para poder brindar el servicio.
“Nadie te ayuda, ni el gobierno mete las manos por ti para
conseguir trabajo; por eso me ví en la necesidad de manejar el mototaxi. No
ganas mucho, pero al menos te permite obtener unas monedas para sobrellevar los
gastos de la casa”, dijo luego de aceptar una charla con LA PRENSA.
Padre de dos hijos de diez y ocho años de edad, Javier
reveló que tienen que pagar cuotas a los líderes que los apadrinan. “Ellos te
representan ante cualquier autoridad, y cuando hay revisiones y nos quieren
atorar, sólo les llamamos y arreglan el asunto”, manifestó a bordo de su
vehículo. No obstante, se reservó la respuesta a la pregunta sobre el nombre de
la organización a la que pertenece.
En el municipio de Chimalhuacán, Ernesto Gómez García, un
joven de 20 años de edad, conductor de otro mototaxi, también accedió a
responder algunos cuestionamientos de este diario. Aseguró que están afiliados
a organizaciones que los protegen desde el mismo ayuntamiento.
Lo mismo que en Nezahualcóyotl, los mototaxistas de esa
localidad que también pertenece a la zona oriente del Estado de México, tienen
que reportar la entrega de cuotas para poder circular sin ser molestados por
las autoridades. Las cantidades de dinero llegan a varias de una zona a otra,
pero de acuerdo con los entrevistados el “entre” va desde los 35 hasta los 50
pesos semanales.
Ernesto asegura que su ganancia es de entre 250 y 350 pesos
diarios, pues aseveró que como tampoco hay tarifas fijas el cobro a los
usuarios oscila entre 10 y 20 pesos, dependiendo de la distancia, siendo que en
ocasiones, dijo, le han llegado a pagar hasta 35 pesos “cuando las personas
llevan prisa”.
En las calles de Los Reyes La Paz, un municipio también
ubicado en la misma región, Rolando Medina Negrete circula todos los días en su
mototaxi. Trabaja entre 10 y 12 horas diarias. “Me levanto a las seis de la
mañana y a las siete ya estoy trepado, listo para llevar gente”, dijo al
manifestar que en ocasiones no descansa ni un solo día.
“Antes, me daba el chance de tomar el domingo, pero las
cosas van mal y las ganancias casi siempre son limitadas, por eso tuve que
salir a trabajar todos los días”, agregó al relatar que entre semana en
ocasiones hay poca gente.
“Mira, desde que subió la gasolina vimos cómo comenzamos a
perder, antes eran 30 o 40 pesos y ahora le tenemos que estar metiendo casi el
doble de combustible diario, y todo esto vino a partirnos la madre”, indicó el
mototaxista, quien no ocultó su enojo por el precio de las gasolinas.
Dijo al igual que los otros entrevistados, que está obligado
a pagar cuotas a los dirigentes de la organización que los agremia. “Es para
que no te molesten, así son las cosas, el mismo gobierno se hace pato con esto
de los dineros”.
AMENAZAS RODANTES
En agosto del año que está por terminar, después de todo el
capítulo que se vivió tras la ejecución de Felipe de Jesús Pérez Luna, alias
“El Ojos”, líder criminal que operaba en la delegación Tláhuac, muy cerca de
los linderos de la zona oriente del Estado de México, las autoridades
mexiquenses desataron una serie de operativos para retirar a los mototaxis que
circulaban en localidades de la región, particularmente en Valle de Chalco.
El caído cabecilla, según informes de la procuraduría de la
ciudad de México, utilizaba a choferes de estos vehículos como “halcones”, o
bien, como transportadores de estupefacientes de toda la red criminal que
estaba a su servicio.
Esto motivo que el despliegue de elementos policiacos en los
municipios circunvecinos para retirar a estos vehículos ante la sospecha de que
también mantenían prácticas similares a las que en su momento caracterizaron al
grupo delictivo que encabezaba “El Ojos”.
Los argumentos utilizados por las autoridades mexiquenses
también se vieron reforzados por testimonios de usuarios de mototaxis, como
Julieta Méndez Romero, vecina de Chimalhuacán, quien afirmó que “los ciudadanos
se quejan de que los choferes andan drogados y muchas veces han intentado robar
a la gente”.
Al sostener una breve charca sobre este servicio no dudó en
descalificarlo y en manifestar que “hubo un caso donde se supo de una muchacha
que estuvo en peligro de ser violada por uno de estos señores, quien se desvió
del destino al que se dirigía la joven, pero por fortuna los gritos de ella la
salvaron”.
Agregó que además no están conscientes de que llevan
personas, pues manejan de manera muy salvaje, sin respetar los semáforos ni las
banquetas. “Son amenazas rodantes que nadie controla y que han proliferado aquí
en Chimalhuacán, donde están protegidos por la organización de antorcha”, dijo.
De esta manera, la Secretaría de Movilidad, entonces
encabezada por Edmundo Ranero Barrera, funcionario del gobierno de Eruviel
Avila, procedió a implementar operativos y retenes en los municipios del
oriente de la entidad para detener y sancionar a los mototaxis.
Las autoridades admitieron que ese medio de transporte
estaba prohibido y que no habría ninguna excusa para detener a las unidades
prestaban el servicio “porque no están autorizados en el estado”.
La Secretaría de Movilidad acotó que la única intención era
“brindarle” seguridad al usuario para que no pusiera en peligro su vida.
También el año pasado, el entonces subsecretario de Movilidad del gobierno del
Estado de México, Jorge Arredondo Guillén, reconoció que tras la promulgación
de la ley en la materia los mototaxis no estaban autorizados para dar este tipo
de servicio.
La dependencia reconoció que por los menos 50 de los 125
municipios del territorio local tenían presencia de mototaxis y que lo más
idóneo era convertirlos en ecotaxis, la figura que sí se contempla en el marco
legal de movilidad, con el fin de que las personas autoempleadas en ese giro
pudieron trabajar en el marco legal.
Sin embargo, nunca prosperó nada de lo que proyecto el gobierno
estatal, mientras los municipios, también a conveniencia por las organizaciones
que respaldan a los grupos que gobiernan, se hicieron de la vista gorda.
Las palabras de Jorge Arredondo Guillen fueron contundentes,
en el sentido de que la ley de movilidad establecía que para hacer uso de
transporte público deben de convertirse todas las organizaciones en empresas,
sociedades mercantiles que permitan tener un control, un consejo
administrativo, y que en el caso concreto del mototaxi no estén al arbitrio de
coyotes o líderes que regentean a los muchachos, pero sus palabras se las llevó
el viento.
PROYECTOS FALLIDOS
En julio pasado, el grupo parlamentario del Partido de la
Revolución Democrática en el Congreso local propuso reglamentar el
funcionamiento de esta modalidad de transporte mediante reformas al Código
Administrativo y a la Ley de Movilidad del Estado de México.
El propósito, según los legisladores, era combatir la
inseguridad en el transporte público, formalizar el servicio de mototaxis que prestan
las mil unidades de este tipo en la entidad y contribuir al mejoramiento de la
movilidad urbana.
En su momento, el diputado David Sánchez Isidoro, quien
presentó la iniciativa en sesión del sexto periodo Ordinario, manifestó que se
había incrementado esta modalidad de transporte a pesar de no estar regulada,
debido a su bajo costo.
El diputado ofreció datos y dijo que que más de 63 por
ciento de los mexiquenses utilizaban de dos a cuatro servicios de transporte al
día, y “muchos recurren a los mototaxis para reducir el gasto que representan
sus traslados, por lo que se debe tener una normativa adecuada para este
servicio y otorgar garantías mínimas de seguridad a los usuarios”.
La iniciativa fue turnada a las comisiones de Gobernación y
Puntos Constitucionales y de Comunicaciones y Transportes y solo quedó en eso,
en proyecto que no prosperó por los fuertes intereses de los grupos políticos
que a través de las diversas organizaciones mantienen afiliados a los
conductores de estos vehículos.
RUBEN PEREZ
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