miércoles, 19 de julio de 2023

Qué lejos estamos los mexicanos de tener gobernantes que se acerquen por lo menos a la figura del estadista

 Por. Raymundo Medellín.


En México, un notario público es un abogado experimentado, designado exclusivamente por el gobernador del estado. Su función es firmar y autenticar documentos y proporcionar asesoramiento legal según sea necesario.


El notario, para serlo, por ley requiere ser un perito en derecho, de amplia capacidad profesional, honorabilidad sin tacha e integridad absoluta. Su consejo tiene vital transcendencia, pues se sustenta en el dominio que posee de las leyes, en su prudencia y su vocación profesional.


El consejo oportuno de un notario, impide que un cliente sea sorprendido y pueda evitar ser víctima de despojo, fraude, largos y costosos litigios, en muchos casos de desavenencias familiares.


Por ley, un notario está obligado a solicitar y obtener de diversas dependencias o personas, distintos documentos, que le permiten dar fe y certeza de las operaciones que hace constar en escrituras, pues son plenamente válidas, entre las partes y frente a terceros, totalmente eficaces en juicio y fuera de él.


La actuación imparcial del notario, produce para las partes, el beneficio de ser tratadas, todas ellas, por igual, tanto en la asesoría jurídica, en la explicación de los alcances y efectos legales de los actos contenidos en las escrituras y actas, así como en la liquidación de impuestos y derechos que causan las diversas operaciones.


Las escrituras y actas que elabora el mismo, son bajo la estricta responsabilidad de éste, quien al prepararlas, debe cumplir todos y cada uno de los requisitos que las normas jurídicas le imponen.


El Notario debe ser “imparcial”, o sea, debe actuar libre de todo nexo que le impida aconsejar a las partes y redactar los instrumentos con intereses distintos a los de la equidad, justicia y seguridad jurídica; y su imparcialidad y probidad debe extenderse a todos los actos en los que intervenga de acuerdo con la ley…


Así lo concebía mi amigo, el licenciado José Ortiz Girón, Notario Público 113 del Estado de México. cuyas oficinas de atención están en avenida. Sor Juana Inés de La Cruz número109, de la colonia Metropolitana, tercera sección, en el municipio de Nezahualcóyotl.
Mi amigo fue víctima de esa inseguridad que en nuestro México ha ido creciendo, sin excepción del estado de Oaxaca; violencia que cada día que pasa cobra más víctimas de mexicanos inocentes y valiosos como era mi amigo José Ortiz.


Todo esto sucede mientras los gobernantes que padecemos se enfrascan en luchas estériles, buscando la siguiente posición en el gobierno… 


Qué lejos estamos los mexicanos de tener gobernantes que se acerquen por lo menos a la figura del estadista.

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