La
Paz, Méx.- Fe, pasión, vehemencia y entusiasmo sin límite se vivieron
en este municipio, a donde arribaron por unas horas las reliquias del
beato Juan Pablo II, las cuales fueron recibidas por el alcalde Rolando
Castellanos Hernández y su esposa Maritza Ramírez Silva. Cabe destacar
que la concentración sumó más de 7 mil fieles católicos.
Aquí
en La Paz, el cortejo que transportaba el féretro de cristal y el
cartucho con la sangre del beato, la cual le fue extraída poco antes de
su muerte -en el año 2005-, ingresó por la calle 9 de la colonia Valle
de los Reyes y, a lo largo del trayecto, miles de católicos le tomaban
fotografías a la urna cristalina, le lanzaban flores blancas y rezaban a
su paso -muchos de ellos hincados-, mientras decenas de policías de la
ASE custodiaban el convoy por los cuatro puntos cardinales.
Hombres,
mujeres y niños no cabían de alegría. Las ancianas, con el llanto a
flor de piel, se santiguaban y se acercaban hasta la urna, la tocaban y
luego se untaban el cuerpo, en un efecto de retroalimentación católica
sin precedente.
El
convoy arribó por fin al parque de beisbol, ubicado en el centro del
municipio, y ahí la felicidad fue incontenible. Miles de personas
agitaban banderas del Vaticano, en colores blanco y amarillo con la
imagen del beato Juan Pablo, mientras otras echaban a volar palomas
blancas y globos, que se perdían en el firmamento.
A
la entrada, el alcalde Rolando Castellanos Hernández y su esposa,
Maritza Ramírez Silva, recibieron a la comitiva vestidos de blanco y con
una enorme sonrisa, mientras la estudiantina entonaba “Amigo” y
alabanzas religiosas.
Consultado
sobre el particular, el titular del ayuntamiento comentó a “El Valle”
que este día fue de fiesta para el municipio de Los Reyes La Paz, ya que
el “Papa Amigo”, como era conocido, brindó grandes satisfacciones a los
mexicanos y aún pervive como símbolo de humildad y esperanza para el
mundo.
Castellanos
Hernández, emocionado, resaltó que recibir las reliquias del beato es
una “bendición” para los habitantes y un bálsamo en estos tiempos
difíciles, cuando la violencia domina algunas partes de la República.
Añadió
que el gobierno a su cargo diseñó un proyecto especial de bienvenida,
consciente del valor universal de las reliquias y de la figura misma del
sucesor de San Pedro, quien demostró al mundo católico cómo la fe en
Cristo modifica conciencias y transforma el destino de los hombres.
El
Ejecutivo puntualizó que tras años de fallecido, Juan Pablo II sigue
refrendando su amor a México, al que consideró un país “siempre fiel”.
Cabe
destacar que el obispo de la diócesis de Nezahualcóyotl, Héctor Luis
Morales Sánchez, ofició la misa ante las reliquias, haciendo un exhorto a
la convivencia pacífica y el pronto restablecimiento de la paz
nacional.
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