Por J. MARTÍN PONCE R./ESCENA DELICTIVA
AMECAMECA, Méx.- No fue el “coronavirus” pero sí el mortal virus de la corrupción quien tiró del cargo a Keyla Judá Rojas Rodríguez, quien durante largos y “jugosos” seis meses se desempeñó como jefa de Servicios del Agrupamiento Volcanes de la Policía de Tránsito del Estado de México. En su lugar llegó Dalia Lili Ruiz Jiménez y pronto se verá, si también detrás de ella está la mano corrupta y mañosa del general brigadier Sergio Hernando Chávez García, subsecretario de la Secretaria de Seguridad del Estado de México (SSEM).
Para nadie en la podrida y raspada institución es secreto que su titular Maribel Cervantes Guerrero, es mera figura decorativa; “tapadera” de la eterna corrupción policiaca que existe en suelo mexiquense y, desde luego, avalada por el gobernador Alfredo del Mazo Maza. La corrupción en el Edomex sigue siendo una lámpara maravillosa que cumple los deseos y hace millonarios a políticos y altos mandos policiacos, como fue el caso de Keyla Judá Rojas Rodríguez, quien deja una negra historia en la región de los Volcanes.
Aunque se esperaba en cualquier momento su destitución, por corrupta, Keyla Judá le pegaba duro a la corrupción. En sólo seis meses construyó un paraíso donde llovía dinero, para ella y su amante José Alberto Altuzar Estrada, conocido y poderoso zar de las empresas de Grúas San Pedro, Pegaso y Ramírez.
El pasado 3 de abril cayó la noticia “bomba”. Para unos pocos, sus «amigas» y cómplices fue un gran golpe, no así para la tropa, para las mujeres policías de tránsito que ya estaban hartas de los abusos, injusticias y corrupción de su jefa y su pandilla, quienes actuaban en contra del personal que no se alineaba a sus caprichos, entres y cuotas. Keyla Judá estuvo sólo seis meses, pero, dicen quienes la conocieron que fue una eternidad, un infierno trabajar bajo su mando.
Hizo historia. Escándalos de corrupción y abuso de poder en contra el personal operativo y principalmente su orden de arremeter con todo en contra de los automovilistas. Keyla Judá sabía que este paraíso no era eterno, pero, sabía y compartía con su protector, el general brigadier Sergio Hernando Chávez García, subsecretario de la policía estatal, quien con los bolsillos repletos de dinero sucio, consideró que había llegado el momento de separar a Keyla.
La misma mañana del 3 de abril se informó al personal del turno B que estuviera pendiente ya que sería presentada la nueva jefa de Servicios: Dalia Lili Ruiz Jiménez. En efecto, al filo de las 9 de la mañana, la inspectora Yazmín Butrón Cárdenas, directora de la Policía de Tránsito del Estado de México, acompañada de la sub oficial Alda Gisela López Ortiz, coordinadora del Valle de México, presentó a la policía tercero Ruiz Jiménez como nueva jefa del Agrupamiento Volcanes, quien de dientes para afuera advirtió la eterna y nula consigna de los mandos en su primer día: «toda mala acción tiene su consecuencia». Hubo miradas indiscretas. Murmullos, puños cerrados, labios arrugados…
La alusión iba directa al corrupto y voraz bolsillo y desempeño de Keyla, “La Cuca”, de quien se conoció que en vez de cobrarle cuentas y someterla a la justicia, fue todo lo contrario, fue «premiada», nombrada jefa de turno del Agrupamiento de Tránsito en Toluca cuando su lugar era la calle o la cárcel.
Lo que no dijo Butrón Cárdenas fue que la citada Keyla se enriqueció en el cargo de manera insultante; que en complicidad con su amante José Alberto Altuzar Estrada, poderoso zar de Grúas San Pedro, Pegaso y Ramírez asentadas en esta productiva región, habían conformado un escandaloso imperio de corrupción que les permitió acumular cuantiosa fortuna al amparo de altos funcionarios de la Secretaria de Seguridad del Estado de México, como al propio subsecretario Chávez García.
La directora Butrón Cárdenas y la coordinadora del Valle de México, López Ortiz, por debajo del agua, dijeron que el apoyo brindado a Keyla no fue gratuito. Incluso, para la tropa no era secreto que Keyla y su amante Altuzar Estrada, ya tenían planeado construir su nidito de amor, un lujoso dormitorio en las instalaciones del Agrupamiento Volcanes en Ixtapaluca. Quizá ahora –la corrupta pareja- construya otro con vista al Nevado de Toluca.
Ante esta situación, el inesperado cambio de jurisdicción, Altuzar Estrada, quien en otros tiempos fuera elemento de la policía estatal y municipal de Ixtapaluca no tuvo otra alternativa que mandar a recoger todo el material de construcción donde se afirma invirtió un buen dinero en lo que sería su nidito de amor con Keyla.
Desde octubre del año pasado elementos de ese agrupamiento alzaron la voz para denunciar que estaban cansadas de abusos y extorsiones por parte de Keyla Judá Rojas Rodríguez, jefa de Servicios del Agrupamiento Volcanes, quien entre otras prácticas mañosas y mafiosas cobraba 500 pesos de renta por patrulla y 200 pesos más para portar una máquina de las llamadas “Hand held” para infraccionar automovilistas.
Por ello y más pidieron que Keyla Judá fuera investigada y removida del cargo del cual, se venía enriqueciendo desde el viernes 20 de septiembre en que entró en funciones la nueva policía de Tránsito, área que presuntamente fue saneada, pero, que resultó más de lo mismo.
Otros testimonios de las mujeres policías de tránsito, aseguran que Keyla contaba con ocho patrullas, 51 elementos, dos escoltas y 2 escribientes, así como 15 máquinas Hand held –para levantar infracciones de tránsito- de las cuales obtenía un jugoso beneficio.
Además, contaba con la complicidad de las policías Elia Eréndira López González, jefa del turno A, así como de Ivonne Varela Sigüenza, jefa del turno B y Susana Zuleima Roldán Gallegos, jefa del turno C.
Keyla Judá también se quedaba con toda la dotación quincenal de gasolina, contaba con doce “voladoras” –elementos que no trabajan, pero cobran y cada quincena dejan a su “padrino” 2,500 pesos quincenales, además tenía varias “rentas” que por presunta vigilancia se cobraba a la empresa Estrella Roja cuya ruta es Ozumba, Juchitepec y Chalco, entre otros muchos clientes. Pese a estos graves señalamientos en contra de Keyla, el subsecretario Chávez García prestó oídos sordos arguyendo que se trataba de «chismes de vecindad».
Ante la remoción de Keyla Judá Rojas Rodríguez salió a flote la inmundicia en qué está sumergida la nueva Policía de Tránsito donde Keyla se despachó con la cuchara grande, pero según ella compartió con los altos mandos de la SSEM.
Pero apestada y todo, dicen que Keyla dejó indicaciones a sus policías incondicionales en el sentido de que no apoyaran a la nueva jefa de Servicios Dalia Lili Ruiz Jiménez, y menos que sus «rentas» fueran tocadas.
Dicen que otro escándalo que aceleró la caída y premio de la citada Keyla fue el ocurrido la noche del pasado lunes 23 de marzo cuando policías municipales de Ixtapaluca detuvieron a Ivonne Varela Sigüenza, entonces jefa del turno B y a tres de sus elementos, entre ellas Mayra Iris Marín Bernal; Guadalupe Buendía Velásquez y Gabriela Rodríguez Ramírez, quienes se vieron inmiscuidas en un accidente vehicular cuando viajaban a bordo de una camioneta negra y chocaron contra un auto Camaro, color amarillo, cuyo conductor se dice, era destacado antorchista quien solicitó apoyo de la policía municipal, incidente donde se afirma que la jefa de turno Varela Sigüenza se puso como loca y echó bala.
Las mujeres policías de tránsito, incondicionales de Keyla Judá fueron detenidas y conducidas al C4 de Ixtapaluca donde –dicen ellas- fueron golpeadas y humilladas por otros policías
Quienes saben de este bochornoso caso dijeron que las elementos de tránsito fueron puestas a disposición del ministerio público y más tarde liberadas.
Sin embargo, Keyla informó a la superioridad dando su versión para no salir raspada por que se afirma que las involucradas andaban de fiesta durante su horario de trabajo.
Por este motivo el martes 24 de marzo Keyla removió como jefa de turno a Ivonne y enviada como castigo a Valle de Bravo donde al enterarse ésta que su ex jefa Keyla había sido separada de cargo
publicó en su cuenta de WhatsApp: «Como da vueltas la vida. Dios es grande, todo cae por su propio peso. Un día estamos arriba y al otro valiste madres. Jajaja. Por culera valiste madres». Así las cosas en la SEEM.
