4 de marzo de 2012.
México
D.F.- “Propiciada por la incapacidad de los panistas para
gobernar. En este sexenio, el número de pobres se incrementò en 12 millones y
medio, y ha ocurrido cuando los actuales precios del petróleo, son los más
altos de la historia. El régimen de derecha se ha limitado a
mantener los equilibrios macroeconómicos, y en la actual década hemos tenido
las tasas de crecimiento más bajas en los últimos 70 años”. Señaló Pedro Joaquín
Coldwell, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI durante la ceremonia
alusiva al 83 aniversario de la creación de este instituto político.
Además
comentó: “Vergonzosamente, tenemos los peores índices de comportamiento
económico en el continente. Somos líderes en cambio en pobreza. Entre
2008 y 2009, países como Brasil, Panamá, Perú, Paraguay, Chile, Uruguay y
Argentina, lograron disminuirla. México fue el único país latinoamericano en el
que la pobreza aumentó”.
En la
ceremonia del 83 aniversario de su creación como partido, mencionó que La
inversión pública en infraestructura ha caído drásticamente. “Antes, en México
se construían colosales obras, desde las gigantescas hidroeléctricas, los
distritos de riego, las nuevas ciudades turísticas, hasta centros de
enseñanza superior como la majestuosa Ciudad Universitaria, hoy el gobierno
gasta cientos de millones de pesos en un monumento a la corrupción, que ofende
la memoria de los padres de la Independencia, y atenta contra la estética del
Paseo de la Reforma en la capital de la República”.
No
es extraño entonces, que nuestro partido se haya venido recuperando
electoralmente durante los últimos años, pese a las alianzas opositoras que se
produjeron en algunos estados.
El
líder nacional del Partido Revolucionario Institucional, especificó que El grave
problema es que el gobierno actual ha empobrecido la política y ha centrado su
argumentación y su atención casi exclusivamente, en los temas de delincuencia
organizada, acciones que no terminan de debilitar a las bandas criminales, pero
sí producen bajas entre civiles inocentes. El Poder Ejecutivo
Federal reduce su óptica a la represión armada el resto de la
agenda del país, se ha postergado
El
crimen organizado nutrido por el narcotráfico, se ha expandido por amplias
regiones del territorio nacional, y amenaza con penetrar las instituciones del
Estado. El gobierno federal dice que tiene voluntad para combatirlo, pero
obtiene resultados contrarios a lo que proclama. La descomposición social del
país es preocupante. El país navega sin rumbo. La lapidaria frase de
Séneca parece hecha a la medida de los gobernantes panistas: Nadie alcanza buen
puerto si no sabe a dónde dirigirse.
Para
avanzar, requerimos abatir el pervertido sistema educativo, en el que los niños
y los jóvenes son engañados con un simulacro de educación, esfuerzo en el que
además, deben colaborar los padres de familia, los maestros, los alumnos y los
medios de comunicación.
La
pobreza no se vence con dádivas y subsidios, sino con empleos permanentes y
bien remunerados, con una efectiva y sustentable seguridad social. Si se
incrementan los ingresos de la población, sube el consumo y, por ende, la
producción y las ganancias. Si las empresas no pueden pagar impuestos, salarios
y prestaciones al personal, entonces no son negocio para nadie.
En
tanto la derecha promueve más de lo mismo y la izquierda pasa súbitamente del
radicalismo delirante a la república amorosa, el PRI con Enrique Peña
Nieto, está del lado del humanismo, de la calidad de vida, de quienes empujan
el carro del progreso, de los que tienen la experiencia y la mejor oferta para
hombres y mujeres.
Peña
Nieto se ha ido perfilando como el líder de una nueva generación de mexicanos.
Mostró su capacidad de conducción popular en el Estado de México: Multiplicó
los empleos y las inversiones productivas, la infraestructura, la oferta
educativa, la calidad de vida y mereció el reconocimiento a su labor, por medio
de una abultada votación para el candidato que lo siguió en el cargo del gobierno
del estado.
La
campaña que emprenderemos con Enrique Peña Nieto, marca un nuevo hito: El
inicio de una nueva política por y para los jóvenes, que superará a las
generaciones agotadas, que sólo saben ver un ángulo del poliedro de lo
que es la sociedad. Una política que se propone cambiar todo, todo lo que no
funciona y nos mantiene en este prolongado estancamiento; la nueva política de
hondo contenido económico y social, que jubilará a los incompetentes dirigentes
actuales, y tomará el mando y nos volverá a dar rumbo.
Hay
tarea por delante. No sólo se trata de vencer dificultades políticas y
materiales. Tenemos que volver a sembrar la mística de que éste es un país
poderoso, capaz de superar las adversidades, volver a tener fe en nosotros
mismos y en nuestras potencialidades.
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