domingo, 8 de abril de 2012

UN RENEGADO BUSCA LA PRESIDENCIA EN VALLE DE CHALCO




                                               Por Eduardo Muñoz

             Valle de Chalco Solidaridad, Méx.- Pese a que durante su mandato constitucional –de 2003 a 2006-, fue calificado por priístas y perredistas como “ladrón”, “traidor”, “rata” y “escoria política”, el diputado federal con licencia, Miguel Angel Luna Munguía, volvió a registrarse como candidato a la presidencia municipal de Valle de Chalco y se perfila hoy como el más firme aspirante a ocupar la titularidad del ayuntamiento.
             No obstante que en su momento acumuló 25 demandas penales por fraude maquinado, enriquecimiento inexplicable, malversación de fondos, despojo y fraccionamiento clandestino, así como otras 40 administrativas por abuso de autoridad contra trabajadores del gobierno, esto no bastó para destituirlo y enjuiciarlo, pese a que las denuncias estaban en manos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, la PGR, la Cámara de Diputados, la Contraloría del Poder Legislativo y el Organo Superior de Fiscalización.
             Cabe destacar que el “hoy priísta” Miguel Angel Luna Munguía llegó al poder como abanderado del PRD, en el año 2003, luego que el Revolucionario Institucional le negara la postulación.




EXIGEN DESTITUIRLO



             Sin embargo, a sólo 7 meses de iniciado su gobierno, los problemas empezaron a abrumarlo. El 7 de mayo de 2004, 6 regidores y el síndico del ayuntamiento solicitaron al Congreso del Estado de México la revocación de su mandato y la instalación de un concejo municipal, debido a que el alcalde “perredista” se negaba a respetar los acuerdos de cabildo, llevar a cabo obra pública sin recurrir a las licitaciones, fomentar la violencia y despedir masivamente a trabajadores no incondicionales.




             El 21 de noviembre de ese año (2004), 20 organizaciones de taxistas, comerciantes, transportistas y maestros, entre otros, exigieron al Congreso mexiquense la revocación del mandato de Luna Munguía, acusándolo de promover ilegalmente el cambio de uso de suelo en El Agostadero y La Estación Xico.
             En el primer caso, señalaron los denunciantes, el edil permitió el fraccionamiento clandestino de los líderes Marcelino Guzmán León y Domitilo Guzmán Villegas. Sobre el particular, la Subdirección de Responsabilidades del Pode Legislativo inició el acta 626/2004.
             En el segundo caso (La Estación Xico), el titular del ayuntamiento promovió y solapó la construcción de 3,400 viviendas de interés social en el predio La Mesa, sin importarle que se trataba de una riquísima zona arqueológica, donde se hallaron innumerables vestigios de la cultura teotihuacana.
                                             


                            SIN REDENCION


 

             El 13 de diciembre de 2004, en conferencia de prensa, el PRD lo calificó de “chaquetero” y delincuente, ya que “despilfarró” 116 millones de pesos en la adquisición de camiones para la constructora de su hermano y en la realización de pésimos trabajos durante la pavimentación de la avenida Alfredo del Mazo.
             Además, sus detractores perredistas lo acusaron de malgastar 7 millones en una asfaltadora, 7 millones en la compra de un terreno en Bahías de Huatulco, 7 millones en la adquisición de un rancho que poseía la exalcaldesa de Chalco, Martha Patricia Rivera Pérez, 7 millones en otro terreno ubicado en el norte de la República, y 8 millones que le entregó Rosario Robles para su campaña política.
             En 2005 no le fue mejor al hoy precandidato del tricolor a la alcaldía vallechalquense. El titular de la Contraloría del Poder Legislativo, Victorino Barrios Dávalos, documentó 9 procedimientos administrativos en su contra. Además, PRI, PRD y PAN lo detestaban.





             El 17 de agosto de ese año, el regidor panista del ayuntamiento, Rogelio Tiscareño Martínez, pidió a las autoridades investigar las cuentas bancarias del munícipe, en las que se estimaba un monto de 94 millones de pesos propiedad de los contribuyentes, sin soslayar las múltiples propiedades del funcionario, adquiridas de manera “ilícita”.
             En 2006, pese a la denuncia pública de tropelías, Miguel Angel Luna Munguía autorizó para él y 6 regidores “afines”, bonos cuatrimestrales de entre 473 mil y 625 mil pesos. Y para concluir su mandato, él y sus incondicionales se autorizaron en cabildo un “bono de marcha” por 13 millones de pesos.
 Al conocer que estaba a punto de consumarse una arbitrariedad más contra un pueblo en extrema pobreza, el PRD nacional le advirtió que si cobraba ese dinero, le suspendería sus derechos políticos, así que el alcalde en funciones simplemente volvió a cambiarse de “chaquetín” y se transformó otra vez en priísta, bandera que hoy enarbola para “sacrificarse” nuevamente por sus “hermanos vallechalquenses”.




    











































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