La última vez que Daniel, de 20 años de edad, se comunicó con sus padres desde una casa de seguridad en la zona metropolitana, fue para avisar que unos “agentes judiciales” lo detuvieron y le exigían una fuerte suma de dinero para liberarlo. Les dijo que los amaba y lloró. Luego vino el silencio.
TOLUCA, Méx.- La siguiente vez que sus familiares lo vieron, después de pagar el dinero y quedar en la ruina, fue en una fosa junto a los restos amontonados de otras ocho víctimas en un cementerio clandestino de Huixquilucan.
El caso de Daniel ejemplifica lo que ocurre en el Estado de México: plagiarios cada vez más jóvenes improvisan secuestros, incremento en los casos y complicidad de policías y judiciales.
Según cifras del Estado de México, en lo que va del 2012 se han registrado 95 secuestros lo que, comparado con cifras del año pasado, representa un incremento de un 10%. Los plagios no denunciados podrían representar el 60%, según el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad A.C.
Datos de la Procuraduría General de Justicia (PGJEM) indican que en la entidad se denunciaron 113 casos en el 2011, con un promedio de 9.4 por mes, mientras que de enero a septiembre de este año, se han iniciado 95 carpetas de investigación, lo que representa 10.5 casos al mes.
De las 118 denuncias del año pasado, se detuvieron a 235 secuestradores y se liberaron 108 víctimas. Para este año, los grupos antisecuestros han liberado a 104 víctimas.
Reciben dinero, pero no cumplen
Los casos más recientes revelan que organizaciones delincuenciales de alto impacto como La Familia Michoacana, Los Zetas, Los Pelones y otras bandas emergentes en el oriente de la entidad, recurren con más frecuencia al secuestro como una forma rápida de autofinanciarse y complementar sus extorsiones, cobro de derecho de piso y narcomenudeo.
Después de ser plagiado en el Distrito Federal, Dany —como lo llamaban sus amigos— fue llevado a una casa de seguridad de la zona metropolitana. De acuerdo con la PGJEM, sus familiares estuvieron sometidos 11 días a la más desgastante negociación. La investigación reveló que los secuestradores y homicidas del estudiante eran responsables de unos 12 plagios más y que, “por comodidad y seguridad”, no entregaban a las víctimas pese a cobrar los rescates, sino que las asesinaban y enterraban de manera clandestina.
Algunos de los municipios que han registrado una mayor incidencia en secuestros son Tlalnepantla, Naucalpan y Atizapan, pero también figuran municipios como Toluca y del sur del territorio, como Tejupilco, donde hacendados y grandes comerciantes, son las principales víctimas.
El secretario de seguridad ciudadana, Salvador Neme Sastre, informó que el Estado de México ocupa en la actualidad el lugar número 17 en las estadísticas nacionales de secuestro, mientras que el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad AC, en un análisis sobre el secuestro del 2011, revela que la entidad mexiquense se ha negado a aportar información relativa a este ilícito en el territorio, aunque de los pocos datos que aportó relativos al 2010, se observa que las autoridades obtuvieron una calificación de “regular”, en la atención de los casos.
El organismo indica que esta calificación regular en una escala del uno al 10, se ubica entre 4.0 y 5.9 en la resolución y atención de secuestros por parte del gobierno estatal.
El caso de Daniel ejemplifica lo que ocurre en el Estado de México: plagiarios cada vez más jóvenes improvisan secuestros, incremento en los casos y complicidad de policías y judiciales.
Según cifras del Estado de México, en lo que va del 2012 se han registrado 95 secuestros lo que, comparado con cifras del año pasado, representa un incremento de un 10%. Los plagios no denunciados podrían representar el 60%, según el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad A.C.
Datos de la Procuraduría General de Justicia (PGJEM) indican que en la entidad se denunciaron 113 casos en el 2011, con un promedio de 9.4 por mes, mientras que de enero a septiembre de este año, se han iniciado 95 carpetas de investigación, lo que representa 10.5 casos al mes.
De las 118 denuncias del año pasado, se detuvieron a 235 secuestradores y se liberaron 108 víctimas. Para este año, los grupos antisecuestros han liberado a 104 víctimas.
Reciben dinero, pero no cumplen
Los casos más recientes revelan que organizaciones delincuenciales de alto impacto como La Familia Michoacana, Los Zetas, Los Pelones y otras bandas emergentes en el oriente de la entidad, recurren con más frecuencia al secuestro como una forma rápida de autofinanciarse y complementar sus extorsiones, cobro de derecho de piso y narcomenudeo.
Después de ser plagiado en el Distrito Federal, Dany —como lo llamaban sus amigos— fue llevado a una casa de seguridad de la zona metropolitana. De acuerdo con la PGJEM, sus familiares estuvieron sometidos 11 días a la más desgastante negociación. La investigación reveló que los secuestradores y homicidas del estudiante eran responsables de unos 12 plagios más y que, “por comodidad y seguridad”, no entregaban a las víctimas pese a cobrar los rescates, sino que las asesinaban y enterraban de manera clandestina.
Algunos de los municipios que han registrado una mayor incidencia en secuestros son Tlalnepantla, Naucalpan y Atizapan, pero también figuran municipios como Toluca y del sur del territorio, como Tejupilco, donde hacendados y grandes comerciantes, son las principales víctimas.
El secretario de seguridad ciudadana, Salvador Neme Sastre, informó que el Estado de México ocupa en la actualidad el lugar número 17 en las estadísticas nacionales de secuestro, mientras que el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad AC, en un análisis sobre el secuestro del 2011, revela que la entidad mexiquense se ha negado a aportar información relativa a este ilícito en el territorio, aunque de los pocos datos que aportó relativos al 2010, se observa que las autoridades obtuvieron una calificación de “regular”, en la atención de los casos.
El organismo indica que esta calificación regular en una escala del uno al 10, se ubica entre 4.0 y 5.9 en la resolución y atención de secuestros por parte del gobierno estatal.
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