jueves, 24 de enero de 2013

Rechazan que gasolinas tengan uno de los precios más bajos del mundo

México.- El investigador Roberto Gutiérrez Rodríguez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dijo que es falso que las gasolinas y el diesel en México tengan uno de los precios más bajos del mundo, lo que hace injusto el incremento mensual de sus precios.
 
Criticó el aumento escalonado por litro que en enero de 2013 pasó de nueve a 11 centavos mensuales, afectando tanto la economía familiar como los costos de producción.

“Esta situación es injusta e incorrecta, debido a que los precios de dichos carburantes suben por igual para quienes tienen vehículos de trabajo que para las familias ricas con vehículos ostentosos, y porque existe opacidad en el cálculo que fundamenta los aumentos", apuntó.

En un comunicado de la UAM, el especialista en economía de los energéticos señaló que con el argumento de que en México sus precios son de los más bajos en el mundo, la Secretaría de Hacienda autorizó a Pemex para que, a partir de 2008, se aplicaran adiciones escalonadas mensuales.

Lo anterior al considerar que quienes utilizan vehículos automotores tienen los mayores niveles de ingreso, por lo que la medida más que atentar mejoraba la distribución del ingreso.

Dijo que la SHCP calcula que durante el sexenio que recién concluyó se registró un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) negativo por casi 752 mil millones de pesos, es decir 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) acumulado en el periodo.

Ello, agregó el profesor de economía internacional, economía industrial y cuentas nacionales, sugiere que el aumento de los precios en lugar de contener propició que se extendiera el subsidio.

Sin embargo, de acuerdo a cálculos del investigador, el monto correcto de los subsidios se ubica exactamente a la mitad de la cifra anterior y ha desaparecido en la actualidad, como muestran sus propias estimaciones y corroboran las que periódicamente efectúa la Cámara de Diputados, que por ley da seguimiento al asunto.

En ese sentido, consideró que un subsidio sobrestimado es una forma de desviación de recursos a partir de suplantación de información, lo que implica un daño moral a los consumidores, con eventuales consecuencias legales para los tres Poderes de la Unión.

En cuanto al parque vehicular, sostuvo que según datos de 2010 en el país existe un vehículo por cada tres habitantes; es decir, hay 32.3 millones de unidades, y al Estado le interesa que el país se siga motorizando.

De éstas, agregó, un tercio se usa para trabajar: pasajeros, carga y motocicletas. Por su cilindrada y antigüedad, estos vehículos son los que consumen la mayor parte de gasolina y diesel, e incluyen las flotillas de pipas, camiones y camionetas de Pemex y de las empresas energéticas privadas que operan en zonas petroleras.

Por tanto, indicó, se trata de carburantes que no se usan para el esparcimiento, sino para el funcionamiento de la economía, y cuyo aumento en el precio, junto con el de otros energéticos y el transporte, impacta 25 por ciento la inflación, como se deduce de los ponderadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Es decir, que un punto porcentual de los cuatro que se ha elevado en promedio la inflación en los últimos años se explica por los incrementos en los precios de dichos rubros, añadió.

Por ello, lamentó que en este contexto los medios informativos y la iniciativa privada insistan en la supuesta necesidad no sólo de mantener la variación al alza de los precios de los carburantes, sino de ampliarlo, olvidando las condiciones del mercado internacional y la imagen equivocada que dan los cálculos oficiales.

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