sábado, 23 de febrero de 2013

LA EXCOMUNIÓN SERA LA SANCIÓN PARA CARDENALES TUITEROS QUE FILTREN INFORMACIÓN

 
Ciudad del Vaticano • Las leyes sobre la elección de un Papa prevén incluso la excomunión para cardenales que, participando en el cónclave, envíen un mensaje a través de las redes sociales, como Twitter, o se comuniquen con extraños por cualquier otro medio.
El secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos del Vaticano, Juan Ignacio Arrieta, explicó que la normativa establece “graves sanciones” para quienes difundan cualquier dato sobre las votaciones en la Capilla Sixtina.
“En todo caso los cardenales no podrán entrar al cónclave con el teléfono celular, que sería confiscado”, dijo con ironía el clérigo.
Calificó de “pesadas” las sanciones previstas en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, el texto emanado en 1996 por Juan Pablo II y que regula la elección de un pontífice.
“Hay más excomuniones latae sententiae (es decir inmediata y automática) previstas en este documento que en todo el Código de Derecho Canónico”, comentó.
Con ello se refirió a la sanción eclesiástica de excomunión en la cual incurre una persona que infringe una ley de la Iglesia. Ésta queda excomulgada en el momento en que comete la violación y no se requiere que la autoridad eclesiástica lo declare como tal.
Insistió que las reglas del cónclave son excesivamente rígidas producto de la historia y las mismas no permiten grandes interpretaciones.
Fueron concebidas para evitar la incertidumbre y para que ninguno de los electores pueda quejarse del resultado, sostuvo.
A favor del matrimonio
El cardenal británico Keith O’Brien se manifestó a favor de que los curas puedan casarse, si así lo desean, en declaraciones hechas a la cadena de televisión BBC.
O’Brien, quien participará en el cónclave para escoger al nuevo Papa, afirmó que muchos sacerdotes encuentran “dificultades” a la hora de convivir con el voto del celibato y se mostró partidario de que los religiosos puedan contraer matrimonio y tener hijos.
“Me alegraría que otros pudieran tener la oportunidad de considerar si pueden casarse”, dijo.
El religioso, de 74 años, que el pasado año abandonó algunas funciones al frente de la Iglesia católica de Escocia debido a su avanzada edad, observó que “es un mundo libre y me doy cuenta de que muchos curas han encontrado muy difícil gestionar el celibato”.
O’Brien dijo que entrará dentro del ámbito del nuevo pontífice considerar si la Iglesia debe modificar su postura sobre otros asuntos, que no sean de “origen divino”.
Sin embargo, consideró que temas como el aborto y la eutanasia constituyen “creencias dogmáticas básicas” de “origen divino” que la Iglesia jamás podría aceptar.
El cardenal O’Brien es una de las figuras de la Iglesia católica en el Reino Unido que más se ha opuesto a los planes del gobierno escocés de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Por otro lado, en cuanto a la renuncia de Benedicto XVI y la elección del nuevo pontífice, O’Brien opinó que podría ser el momento para escoger a alguien joven.
Si bien admitió que “estaría abierto a un Papa de cualquier lugar del mundo si pensara que es el hombre adecuado, de Europa, o Asia o África o de donde fuera”, señaló que “los cardenales deberían pensar seriamente, habiendo tenido pontífices de Europa durante tanto tiempo, cientos de años, si no ha llegado el momento de pensar en el mundo en desarrollo como fuente de hombres excelentes”.
Revelaciones y escándalos en la “santa” sede
Una serie de revelaciones sobre corrupción, sexo y tráfico de influencias en el Vaticano, lanzadas por la prensa italiana, ensombrece el cónclave para la elección de un nuevo Papa tras la renuncia de Benedicto XVI.
Las denuncias, publicadas por dos importantes medios de comunicación de Italia, el diario La Repubblica y la revista Panorama, aseguran que el Papa decidió renunciar al cargo tras recibir un informe ultrasecreto de 300 páginas, realizado por tres cardenales intachables.
En el informe se describen las luchas por poder y dinero, así como el sistema de “chantajes” basados en debilidades sexuales, el llamado lobby gay del Vaticano.
“Fantasías e invenciones”, aseguró el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, tras advertir que los cardenales involucrados no aceptarán entrevistas.
La Repubblica asegura que durante ocho meses los cardenales interrogaron a purpurados, obispos y laicos, dividiéndolos por congregación y nacionalidad, y establecieron que existen grupos de presión.
Unos se especializan en montar y desmontar carreras dentro de la jerarquía vaticana y otros aprovechan para usar multimillonarios recursos para sus intereses a través del Banco del Vaticano, según la publicación, que describe la “guerra por el dinero en el Banco de Dios”.
En su informe especial, la revista Panorama sostiene que el documento cardenalicio será determinante para la elección del sucesor de Benedicto XVI

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