El Distrito Federal, el estado de México y Guerrero tienen
las policías preventivas y judiciales que han perdido el mayor número de armas:
prácticamente concentran la mitad de todo el armamento extraviado y robado a
nivel nacional, aunque no hay corporación en el país que esté libre de algún
caso.
Incluso las fuerzas federales también han registrado pérdida
de armamento – aunque en menor proporción- en los últimos años. Por ejemplo, al
Ejército Mexicano le han robado más de un centenar de granadas de distintos
tipos del 2008 a la fecha, junto con rifles, ametralladoras y hasta un
lanzagranadas de más de 35 kilos de peso.
Las armas arrebatadas a las fuerzas de seguridad han
terminado, según las investigaciones realizadas en su momento, en manos de
organizaciones del crimen organizado, en el mercado negro, pero también en
grupos que se denominan de autodefensa o de fuerzas rurales que no están
reguladas.
Autoridades de la Comisión Nacional de Seguridad consultadas
por Animal Político, indicaron que las fuerzas de seguridad son indirectamente
una de las fuentes principales de armamento para los delincuentes, (por los
robos constantes que padecen) solo detrás del mercado negro de armas que
provienen de Estados Unidos.
Quince mil… y podrían ser más
En la respuesta a la solicitud de información folio
00007001199, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reveló la
estadística desglosada de su base de datos relacionada con las armas de fuego
que han extraviado las fuerzas estatales de seguridad.
Cabe recordar que todas corporaciones de seguridad pública y
privadas del país tienen la obligación, sin excepción, de reportar al ejército
las armas que pierden dado que la licencia es proporcionada por la Sedena y así
lo marca como obligación la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
Los datos oficiales de Sedena indican que entre los años
2006 y 2013 las secretarías de Seguridad Pública y procuradurías de Justicia de
los estados reportaron 15 mil 609 armas de fuego extraviadas o robadas, sin que
se tenga un desglose por separado de cada uno de los dos casos, según lo dicho
por Sedena.
De ese total de armamento perdido, casi el 30 por ciento son
armas largas que engloban a fusiles de todos los tipos, ametralladoras y
subametralladoras, escopetas y rifles francotirador mientras que el resto son
armas cortas, es decir, pistolas y revólveres.
La Sedena aclaró que las armas que han perdido las
secretarias de Seguridad Pública de los estados incluyen tanto las asignadas a
la policía estatal como las que tienen las policías municipales sin que se
cuenten con un detalle desglosado en este apartado.
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