lunes, 22 de febrero de 2016

EN RIESGO DE EXTINCION EL AGUILA REAL

En riesgo de desaparecer el Águila realTeotihuacán, Edomex.- El águila real, además de su inigualable belleza, destaca entre la fauna silvestre por la velocidad que alcanza al volar, sus músculos de gran fortaleza y excelente visión, características que la han convertido en un símbolo que sí bien cabe en una moneda, no cabe en el pecho del orgullo y la emoción.


El águila real es parte importante de la historia de México, pues es una especie con un profundo significado mágico-religioso, distintiva de la cultura y símbolo de la bandera, escudo y moneda de nuestro país; sin embargo, esta ave extraordinaria y majestuosa se encuentra en peligro de extinción por la invasión del hombre en su hábitat natural.

En el parque temático Reino Animal, ubicado en el perímetro de áreas protegidas de Teotihuacán, en el Estado de México, José Luis González Mendoza, médico veterinario, comenta que en México quedan 100 parejas en vida libre y algunos ejemplares están bajo el cuidado del hombre.

La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) reporta 102 parejas reproductivas en 10 estados del territorio mexicano durante 2015 y, entre ellos, están Zacatecas, con 28; Durango, Baja California y San Luis Potosí, con 15, 10 y 10, de manera respectiva, y Coahuila, Guanajuato y Jalisco, con cinco, tres y tres.

Datos de la Conanp de 2015 revelan que en 10 entidades de la República Mexicana hay 284 nidos y, de nuevo, Zacatecas presentó un mayor número de sitios de anidamiento, seguido de Chihuahua, San Luis Potosí, Baja California y Durango.

La especie que habita en México es la misma de Estados Unidos, donde aún hay un número considerable de ejemplares, pero, insiste, la población en nuestro país ha reducido de manera drástica y la situación es alarmante. Por ello, está catalogada en la NOM-059-SEMARNAT-2010 como una especie amenazada.

Esta ave de presa tiene una envergadura de hasta 2.40 metros, lo que la distingue de las otras águilas grandes, y se caracteriza por su color café oscuro con tonalidades doradas en la cabeza y hombros.

Su dimorfismo sexual se expresa en la diferencia de peso y talla, de manera que las hembras son más grandes y pesadas hasta en 30 por ciento (3.8 a 6.6 kilos), en comparación con los machos que pesan entre 3.5 a seis kilos.

Esta diferencia de tamaño en la hembra, señala Christian Saúl Reyes Mendoza, encargado de Fauna Doméstica y Aves de Presa, es porque ellas deben cuidar el nido y cubrir los huevos y crías durante la temporada de frío, ya que el macho se convierte en el proveedor de alimento.

Comenta que la época de cortejo y apareamiento tiene lugar entre noviembre y enero, y durante ese tiempo puede verse un “espectáculo muy padre” en el cielo porque las aves vuelan en círculos y, al mismo tiempo, vocalizan e intercalan picados rápidos, ascensiones y persecuciones.

Otra de las características es que es una especie monógama, vive en pareja y, una vez formada, ésta es de por vida; solamente cambian cuando uno de los dos muere. “Son cualidades que la hacen un ave especial y necesitamos cuidarla para que la gente la conozca, sobre todo los niños”, resalta.

En ese sentido, González Mendoza cuenta que esa especie todavía puede apreciarse en algunas regiones del norte del territorio mexicano, por ejemplo, en Durango, Chihuahua, Coahuila, Zacatecas y Nuevo León.

Se trata del Centro de Conservación Refugio Salvaje, situado en más de 10 mil metros cuadrados dentro de las instalaciones del parque temático Reino Animal, en donde Inka extiende sus alas una y otra vez al volar y, al parar sobre el nido que construyó durante la época de apareamiento, posa majestuosamente para la cámara fotográfica.

Inka es un ejemplar hembra que fue recuperada y salvada tras haber estado abandonada. “En esa etapa era muy pequeña y vulnerable para morir con cualquier depredador e incluso de ser capturada y destinada a otra forma (de vida) bajo el cuidado del hombre, pero en este lugar ha sido bien cuidada por Diego, uno de los fundadores del centro”, expuso el gerente de Fauna.


 “El tener un polluelo de forma natural sería lo ideal, pero si no es así podemos hacerlo por inseminación artificial; es igual de valioso y significativo para todos los que tienen confianza en el trabajo que realizamos”, subraya.

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