El pasado jueves 8 de junio comenzó la pesadilla para la
familia Gutiérrez Ortiz. Teresa Valeria Gutiérrez Ortiz fue violada y asesinada
luego de subir a una combi de la ruta 40. El ataque se dio en el municipio de
Nezahualcóyotl y el chofer Octavio Sánchez Razo habría sido el atacante.
Desde que el caso salió a la luz pública causó conmoción no
sólo entre los habitantes del municipio de Nezahualcóyotl, sino también en
medios de comunicación, en usuarios de redes sociales y en distintas personas que
desde un principio se solidarizaron con el sentimiento de justicia para que no
quedase impune el crimen.
Sin embargo, desde un principio la detención del presunto
agresor de Valeria, Sánchez Razo, causó diversas especulaciones, en primera
instancia por la manera tan inmediata de las autoridades del Estado de México
en dar con el implicado, cuando desde el momento de la desaparición de la
menor, hicieron caso omiso al apoyo pedido por parte de los padres
principalmente, y algunos familiares más, al momento de la búsqueda.
“Vamos con las autoridades, les pido ayuda y me dicen que
les deje la foto, y que más adelante me hablan. Ellos tenían la obligación de
llevarme a buscar, peinar el área, calle por calle”, mencionó la madre de
Valeria. “Pudimos haber encontrado a mi hija muy fácil, pero no se quisieron
tomar el tiempo”, agregó.
Además a una semana de haber perpetuado su crimen, el
presunto feminicida de la niña Valeria, hoy fue encontrado sin vida dentro de
su celda en el penal de Neza- Bordo, donde fue trasladado desde el pasado
domingo. Ante este reciente hecho, surgen aún más dudas sobre los rumores de
que Octavio Sánchez Razo no era el verdadero culpable de la agresión.
De acuerdo con familiares de Valeria, existe inconformidad
ya que nunca le permitieron a los padres reconocer al victimario de su hija.
Además presumen que la credencial de elector presentada como
documentación para laborar en la ruta 40, no corresponde con la fisionomía ni
con los años del verdadero culpable y de lo que ellos llaman “chivo
expiatorio”.
Otra fuerte declaración emitida por la familia, es que
presuntamente los peritos que participaron en el caso comentaron que se
encontraron dos tipos de semen en el cuerpo de la niña, según en ese entonces
los resultados de las más recientes investigaciones, si es así un delincuente
más anda libre.
Hasta el día de hoy, con el suicidio del feminicida, queda
un sabor de boca de impunidad e impotencia entre los padres, a quién se les
hace un acto cobarde y a su vez sospechoso por la manera en que se pudiera
sepultar el caso que ha conmocionado a la sociedad mexiquense.
Mientras tanto, familiares cercanos cuestionan si se trata
de un suicidio o de un asesinato perpetuado por compañeros de celda dentro del
penal, ya que Octavio Sánchez ya tenía antecedentes de violación.
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