Y si contemplas las estrellas y se te llena el
alma de imposibles, es que mi soledad viene a besarte.
Marcela Serrano.
LA
COLUMNA ROTA/ FRIDAGUERRERA VILLALVAZO
Hace
unos días una noticia conmovió una vez más el país, el viernes 16 de febrero
reportaban la desaparición de la teniente de enfermería, Santa Magdalena
Salazar García, cuando se dirigía a su trabajo en el Hospital Militar, en la
Ciudad de México, lamentablemente fue localizada asesinada el 17 de febrero, en
la delegación Milpa Alta, su caso curiosamente me recordó el que a continuación
te relataré.

Magdalena
era una mujer muy profesional, amaba su trabajo, le gustaba ayudar, atendía
todo, la casa, su trabajo, las hijas, estudiaba, su meta en la vida era
superarse todo el tiempo y a eso se dedicaba, a crecer en todos los sentidos,
me hace saber su esposo.
El 2
de septiembre de 2013, en Iztapalapa, México, donde vivía, Magda se levantó muy
temprano como todos los días, se arreglaba con su impecable uniforme blanco, su
cabello recogido para salir a trabajar, regularmente la llevaba su esposo, o si
salía muy temprano se iba en taxi, ese lunes la mujer se preparó, Felipe
recuerda que le dijo que se iba en taxi que ya se le hacía tarde para ir a
trabajar, fue la última vez que la escuchó, eran las siete de la mañana.
Más
tarde Felipe se comunica al Hospital para saber si había llegado bien, una de
las compañeras de Magda le hace saber que no llegó, que no había checado su
tarjeta, el celular lo había olvidado, el afligido marido se comunicó con el
hermano de su esposa, Magdalena no aparecía algo sumamente extraño en ella, ya
que si algo la caracterizaba era su enorme responsabilidad con su trabajo.
Magda
se casó muy joven, tenía 21 años de vida en pareja con Felipe, sus tres hijas
eran su mundo, amaba la música de los Beatles, Kiss, era fanática de Candy
Candy, casi no tenía amigas, solía estudiar hasta tarde, no hablaba con
groserías, era una mujer totalmente independiente y eso le enseño a sus hijas,
Paola la hija mayor recuerda aún sus palabras, “A pesar de lo que te pasé,
siempre tienes que echarle ganas, tienes que salir adelante”.
El
mismo 2 de septiembre el cuerpo de Magdalena fue encontrado en las Calles
Balbuena y Texcoco, en el Estado de México, ahí estaba con su uniforme blanco,
sin zapatos, dejada como algo inservible, en los límites del Estado de México y
la Ciudad, la carpeta de investigación ha ido de un lugar a otro, de Homicidios
en Nezahualcóyotl a Feminicidios en Tlalnepantla, y a homicidios en la Ciudad
de México, casi cinco años después ninguna autoridad ha hecho nada por
esclarecer el feminicidio de Magdalena, no hay responsables, ni siquiera
sospechosos, las autoridades no tienen ni idea de quien pudo haberla asesinado.
Sus
hijas ya adultas son quienes en ese eterno ir y venir con las autoridades
siguen buscando justicia y verdad, ¿qué sucedió aquel 2 de septiembre de 2013?,
¿Quién tuvo la suficiente crueldad de arrebatarles a su madre?, de que su
hermana de entonces seis años creciera sin su mamá.
Con el
reciente feminicidio de la enfermera militar, el recuerdo regresa en la familia
de Magdalena, “tenían el mismo nombre, eran enfermeras” y con pena una de sus
hijas me hace saber, “tal vez como con mi mamá, tampoco ella tenga justicia”.
Magdalena,
como cada mujer que es asesinada en este país, para las autoridades solo se
convirtió en un número económico 60/2013, para sus hijas no lo es y les duele
el hecho de saber que talvez nunca sepan la verdad, es el mensaje que tanto las
autoridades del Estado de México, como las de la CdMx les han enviado todos
estos años.
Ya
basta que sigamos impávidos, que veamos cómo se desangra el corazón de un país
que pide a diario justicia porque los feminicidios no se detienen, no paran y
para muestra esta terrible historia, a casi cinco años, uno o varios asesinos
están libres y tal vez, esperando por su próxima víctima.
febrero
2018
Quieres contar una
historia de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame,
ayúdame a visualizarlas.
@FridaGuerrera
fridaguerrera@gmail.com
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