En promedio, México tiene solamente 0.8 policías por cada
mil habitantes, lo que lo ubica por debajo de los estándares recomendados por
la Organización de las Naciones Unidas.
La ONU recomienda que haya 300 policías por cada 100 mil
habitantes; esto es, 3 por cada mil personas. México no alcanza ni la tercera
parte.
Cifras del Diagnóstico Nacional sobre las Policías
Preventivas de las Entidades Federativas, del Secretariado Ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública, señalan que la Ciudad de México es la
única que tiene un mayor número de policías por habitante, con 4.2 elementos
por cada mil habitantes.
Las siguientes entidades están lejos de ese estándar.
Tabasco tiene 1.8; Yucatán, 1.6; Campeche, 1.4. El Estado de México tiene 1.2
policías por cada mil habitantes; y Nuevo León solo 1.
Los estados con el menor número de elementos policiacos son
Baja California, con apenas 0.3 policías por cada mil habitantes; Sonora,
Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes, con 0.4 elementos de seguridad.
El bajo estado de fuerza de las policías ocurre a pesar de
que algunas de estas entidades padecen una crisis de seguridad que ha ido en
aumento.
Un análisis de este Diagnóstico realizado por el Instituto
Belisario Domínguez, del Senado de la República, señala que mientras el 78 por
ciento tiene aprobados sus controles de confianza, apenas un 43 por ciento
tiene las competencias básicas profesionales y el 38 por ciento es el promedio
del desempeño académico.
Los policías mejor pagados están en Sonora, donde el salario
promedio es de 13 mil 687 pesos mensuales; en Tamaulipas, 13 mil 463; y en
Guanajuato, 13 mil 289. En Nuevo León el promedio es de 11 mil 884; en el
Estado de México, de 10 mil 432; y en la Ciudad de México, de 8 mil 674 pesos
al mes.
Las policías peor pagadas están en Chiapas, con 5 mil 391
pesos mensuales; en Tabasco, con 6 mil 175 pesos; y en Hidalgo, 6 mil 617 pesos
mensuales.
Pero además, ninguno de los estados da las seis prestaciones
básicas a los policías de sus estados: acceso a créditos para vivienda; seguro
de vida; servicio médico; fondo de ahorro para el retiro; acceso a apoyos para
las familias de los policías caídos; y becas escolares para sus hijos.
A pesar de la crisis de inseguridad que se vive en varias
entidades y las condiciones precarias de las policías en todo el país, el
Congreso mantuvo en la congeladora el tema de la reforma policial mediante el
mando mixto o el mando único, tema que la 63 Legislatura heredó y no logró
destrabar desde 2014.
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