El secreto mejor guardado de Ebrard
El ‘niño bien’ que se pasa de verde
El club de los perdedores
Ni yo solito me ayudo
¡Papá, soy tú hijo!
Qué escondidito se lo tenía. Cinco años bajo la facha de político vanguardista, cosmopolita y ambientalista para que al final enseñara el cobre. Y es que ese gusto por el garrote y el guamazo no lo había enseñado hasta que a los pilotos de Mexicana se les ocurrió entorpecer el paso del Metrobús y al parecer, eso si calienta.
El jefe de gobierno reveló su cara oculta, una que seguro ni Rosalinda conocía y además nos dejó ver que para protestar hay ciudadanos VIP con permiso para todo. Y los pilotos, en definitiva, no lo eran, pues los granaderos les dieron hasta por debajo de la lengua.
Pero ellos tienen la culpa, al suponer que todos somos iguales en el DF y pensar que serían medidos con la misma vara que el SME o Antorcha Campesina.
No, si aquí hay niveles. Si no cuentan con su credencial de 'Lady de Polanco' o ya de menos, con un Lamborghini naranja entonces hagan el favor de no estorbar, pues 'nunca' se ha permitido el bloqueo de vialidades.
La toma del Zócalo por los electricistas o el plantón en Bucareli que duró meses eran festividades en pro de la convivencia al aire libre, simples días de campo en el asfalto para esas temporadas en que no hay playas artificiales o pistas de hielo. Tampoco vayan a pensar que Ebrard es complaciente con los vendedores ambulantes, lo que pasa es que la ocupación de banquetas es un performance que promociona como uno de los atractivos turísticos de la urbe.
¿Qué otros secretitos nos guardará? No nos vaya a decir que una vez fue priista o que fue burócrata cuando el tricolor gobernaba la capital. ¡No, por favor! ¡Eso no lo podría soportar! ¡Tú no Marcelo, tú no!
El escándalo en el que se ha visto involucrado Jorge Emilio González, ex líder del Partido Verde, luego de que una joven se sucidara en un apartamento que él niega que sea suyo, (pero ¡ah, cómo lo ha disfrutado!), sólo ha servido para demostrar que el 99.99% de los mexicanos no tuvimos una buena orientación vocacional. El muchacho, mejor conocido como el junior que juega a ser político, nos ha demostrado a lo largo del tiempo que no hay mejor negocio que venderse al mejor postor y por lo mismo lo hemos visto en alianzas con el PAN y PRI, como si no hubiera diferencias. Bueno, para él no debe haberlas, los dos pagan con moneda corriente y curules en el mismo recinto. Ahora se dice víctima de una campaña sucia por tener aspiraciones a un puesto en el Senado, pero entre más se defiende, más saltan sus propiedades millonarias en Cancún. Niño, a estas alturas ya deberías saber que en política, la ropa sucia nunca se lava en casa. ¿O nunca te lo dijo tu papi?
Dime con quién andas y te diré quién eres. Eso lo debió pensar Manlio Fabio Beltrones cuando presentó su ensayo El Futuro es Hoy, ¿Para qué queremos ganar? junto a Cuauhtémoc Cárdenas, Diego Fernández de Cevallos y Francisco Labastida. ¿Qué nadie le dijo lo que tiene en común ese trío? Todos quisieron ser presidente de México y nadie lo logró. Mamma mia¡ 'Don Beltrone', per favore¡ O de plano sufre de Alzheimer o lo que quería era pedir consejos de cómo sobrellevar la derrota de ser aspirante a la presidencia y sucumbir en el intento. Porque así como que, denme unas mañas para la campaña, sólo podríamos considerar el 'Jefe' Diego, que ya saben cómo se las gasta donando a la comunidad videos de contrincantes recibiendo dinero y ligas. Cárdenas le recomendará que tiene tres oportunidades, aunque siempre pierda y Labastida, pues cómo sobrevivir si algún día alguien le llama mandilón.
Ni yo solito me ayudo
El precandidato del PAN, Ernesto Cordero, quiso tener un atisbo de franqueza, sinceridad y elocuencia al aceptar que sí está abajo hasta en las encuestas en las que no es mencionado. Pero al querer explicarlo volvió a quedar mal, pues según él, se debió a que le prestó demasiada atención a Peña Nieto y las acusaciones contra Moreira y su deuda millonaria. O sea que arriba del ring nada más sirve de sparring. Además, dijo que por estar apoyando a ‘Cocoa’ Calderón en Michoacán no tuvo tanta exposición mediática. No se da cuenta que por el contrario, eso le ayuda, porque cada que toma un micrófono o lo enfoca una cámara sus puntos porcentuales se desploman cual índices bursátiles en la bolsa de valores griega. A estas alturas, sólo un milagro podría salvarle, aunque se me hace que es de esos que cuando compran un circo, le crecen los enanos.
¡Papá, soy tú hijo!
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