Los primeros ejemplares de mariposa monarca llegaron a bosques mexiquenses y michoacanos para hibernar, luego de un recorrido de más de 3 mil 500 kilómetros desde América del Norte, y de dejar al paso al menos dos generaciones completas, antecedente de la “súper mariposa” que hoy ya está aquí.
En su trayecto, sortearon una docena de inconvenientes, como los campos algodoneros contaminados en Canadá —vitales para su supervivencia— las ciudades cada vez más densas de Estados Unidos y el norte de México, heladas anticipadas en algunos puntos, intensas tormentas en otros y depredadores naturales.
El presidente del Fondo Nacional para la Preservación del Hábitat de la Mariposa (Fonacomm), Óscar Contreras, indicó que el milenario fenómeno migratorio de esta especie “esta y siempre ha estado en riesgo”, no sólo por los problemas de deforestación que aún se enfrentan en México, sino también por el cambio climático y la inconsciencia ambiental.
Consideró que a más de 30 años de que se declaró la reserva de la Mariposa Monarca, es necesario hacer un alto y realizar un balance del “costo-beneficio” que ha dejado esta medida en el tema ambiental como en el social, ya que pese a lo avances que se han registrado en algunas comunidades propietarias de los bosques para abatir los rezagos que enfrentan, otras requieren con urgencia de alternativas económicas para sobrevivir sin tener que recurrir al recurso forestal.
Recordó que la declaratoria de reserva para la preservación del hábitat de la Mariposa Monarca, acordada en 1980, comprende 59 ejidos y alrededor de 350 mil habitantes, de los cuales el 40% están dentro de la jurisdicción del Estado de México y el resto en Michoacán.
Dichos bosques no pueden ser alterados, ni talados, ni aprovechados por sus propietarios, pues fueron declarados por la UNESCO patrimonio de la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario