Fernando Vallejo ganó el premio Fil de guadalajara en Lenguas Romances
Escritor colombiano también
dice que escribe para flagelar a los de la Iglesia y a los de la
política y considera que la lengua española es su patria.
El escritor colombiano Fernando Vallejo, quien recibió ayer el
premio FIL en Lenguas Romances, confesó que escribe por necesidad, para
“molestar a los hipócritas, a los de la Iglesia (católica) y a los de la
política”, a quienes considera una “partida de bribones”.
En una entrevista con Efe antes del inicio de la XXV edición de la
Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Vallejo dijo no
sentirse mexicano ni colombiano, sino más bien un autor que ha escrito
su obra solo para su idioma y “para unos cuantos”, y le tiene “sin
cuidado que las traduzcan”.
“Mi patria es la lengua española, la de veinte países, y ya cumplió
mil años, unos cuantos más que yo”, explica Vallejo, quien se siente
“muy honrado” con el galardón que recibe en Guadalajara.
“La FIL es una feria muy hermosa, que se llena de niños y de
jóvenes, o sea de esperanza. Me siento muy honrado por el premio que me
dan y algo más: muy contento”, añadió.
Vallejo llegó a México el 26 de febrero de 1971, recibió la
nacionalidad en 2007 y ha desarrollado desde este país toda su carrera
literaria y cinematográfica, aunque siempre con la vista puesta en
Colombia. “Aquí filmé mis tres películas y he escrito la totalidad de
mis libros, que si las cuentas no me fallan son 17. Colombia es el país
de mi niñez y mi adolescencia y el centro de mis diez novelas y de mis
biografías de los poetas Porfirio Barba Jacob (1991) y José Asunción
Silva (1995)”, señala.
Con el corazón tan dividido “no logro decidir (...) si me debo morir allá o aquí”, agrega.
Su prosa está impregnada de un tono contestatario y la crítica la describe como vigorosa y áspera.
La literatura de Vallejo ha sido calificada por algunos como una
expresión de “escepticismo lúcido”, una etiqueta que no le incomoda y
ante la que dice estar “muy agradecido”.
El jurado del premio en Lenguas Romances, el más importante que
entrega la FIL, lo ha considerado “una de las voces más personales,
controvertidas y exuberantes de la literatura actual en español”.
“Su escritura gira en torno a un único tema, Colombia, pero en
realidad es una excursión abigarrada y comprometida por los conflictos
del ser humano, desde la denuncia al desencanto, pasando por una difícil
ternura que a veces es entendida también como agresión o
disconformidad”, indicó el jurado en su acta.
Autor de El desbarrancadero (2001), un relato sobre los estragos del
sida, o El don de la vida (2010), una burla sobre la muerte, el estilo
de Vallejo es muy personal, con el empleo siempre de la primera persona
en el narrador de sus novelas.
Con La virgen de los sicarios (1993), sobre la violencia
colombiana, fundó la corriente narrativa denominada “sicaresca
antioqueña”, cuya visión ácida o desencantada del mundo emparienta con
la estirpe literaria de Henry Miller, Jean Genet o Boris Vian.
El escritor se muestra escéptico con la posibilidad de que la
humanidad sea capaz de enderezar su rumbo y de enfrentar enormes retos
como el de la superpoblación del planeta y la falta de respeto hacia
otras especies distintas de la humana.
A Latinoamérica la considera “el continente de la libertad y la
esperanza”, un espacio donde “uno puede decir lo que quiere sin que lo
maten”. “Y si me matan, ¡qué más da!”, agrega Vallejo, quien confiesa
que ha dejado de leer, que lo que más le llega al corazón es la música,
especialmente la de Gluck, Mozart, Mahler, Debussy y Strauss, así como
“algunos boleros, rancheras” y “milongas”.
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