miércoles, 17 de octubre de 2012

El Liderazgo sindical no quiere transparentarse

 

Como parte del proceso legislativo la iniciativa presidencial preferencial para efectuar una Reforma Laboral pasó de la Cámara de Diputados a la de Senadores donde se planteó, por parte de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, enmendar lo que a su consideración se omitió por parte de los diputados al no incluir en su reforma lo referente a la democratización de los sindicatos y la transparencia en el destino de las cuotas sindicales.

Los dos temas han despertado controversia entre los legisladores. Algunos se oponen a que la reforma laboral enviada por los diputados sea modificada pues cualquier cambio que incorpore la democratización sindical y la transparencia de las cuotas implica reformar la Constitución en su artículo 123 y la iniciativa preferente no contempla estos casos, que deben ser sancionados por la mayoría de las legislaturas de los estados.

La democracia sindical y la aplicación de las cuotas sindicales han sido por muchos años un tema cerrado para todo ente extraño a los estatutos de cada sindicato, cuya privacidad está garantizada por la Ley Federal del Trabajo y es considerada como una de las conquistas más significativas y valoradas por el sindicalismo mexicano y en primer lugar por los líderes sindicales que son los beneficiarios directos de la discrecionalidad que les otorga la Ley.

Los senadores del PAN manifestaron su determinación de acabar con lo que consideran privilegios de los líderes “Charros” y para ello dijeron que impulsarán los cambios que sean necesarios para terminar con la opacidad en la aplicación del patrimonio de los trabajadores y los liderazgos perpetuos en los sindicatos.
Gustavo Madero, recordó a los senadores del PAN que esta “es una bandera política del partido”, es el mandato del Consejo Político, lo que significa que deben votar de manera unánime en favor de la transparencia y la democracia sindical.

Para el dirigente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, el PAN sólo está obstaculizando a la reforma laboral defendiendo sus intereses, señaló que si se busca hacer cambios sustantivos en materia de transparencia sindical, como lo exige el PAN, tendrían que efectuarse modificaciones a la Constitución, cosa que no está planteada en la minuta que aprobaron los diputados ni tampoco en la iniciativa preferente del presidente Calderón.

Las estructuras sindicales como hoy las conocemos son fuente de poder político y de recursos financieros para sus dirigentes y los partidos que se benefician de los desvíos que llevan a cabo para apoyar campañas de políticos y de los mismos dirigentes sindicales. Esta es una práctica generalizada en la que participan todos los sindicatos, tanto los llamados “Charros” como los autodenominados “Independientes”.

Al terminar las audiencias realizadas por los senadores de la comisión dictaminadora de la reforma laboral, a excepción de las cámaras empresariales y los abogados patronales, los demás participantes se pronunciaron en contra de las modificaciones.

Al menos 55 dirigentes sindicales priistas pidieron al coordinador de los senadores del PRI, que no aprueben la reforma laboral y menos acepten los cambios que piden los empresarios, pues generarán un estallido social.

El Congreso del Trabajo a través de su presidente, el líder de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, se opuso a la inclusión del capítulo de democracia sindical en la minuta y el dictamen de los senadores.

En un documento que la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) entregó a los senadores se plantean 36 puntos por los que no se debe aprobar la reforma laboral por ser violaciones constitucionales y de pactos internacionales signados por el gobierno mexicano. El dirigente de la UNT, Francisco Hernández Juárez, afirmó que se trata de una reforma de corte neoliberal que sólo busca abaratar la mano de obra y simplificar los despidos.

El escenario es de un potencial conflicto que no llegará muy lejos pues en el desenlace todos podrían perder. Lo hecho en la Cámara de Diputados es perfectible y quedan muchos meses por delante para negociar los intereses de partidos, líderes sindicales y empresarios. Todos buscarán poner a salvo sus privilegios y desde luego que lo harán en el nombre de los trabajadores. Faltaba más.

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