Un estudio realizado por Luz María Rocha Jiménez, profesora
de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), sobre el divorcio en México, dio como resultado que las mujeres son
quienes más lo solicitan tras años de soportar maltrato.
De acuerdo con la profesora, las mujeres rompen el vínculo
luego de padecer años de sometimiento psicológico, económico, patrimonial,
físico o sexual, hecho que se da en su mayoría a partir de los 15 años de edad.
Identificamos un 44 por ciento de violencia psicológica,
35.4 por ciento económica, 37.3 por ciento física y 7.8 por ciento sexual.”
Por desgracia, las estadísticas no reflejan la realidad de
miles de mujeres, de entre las cuales 25 de cada mil experimentan todos los
tipos de agresión, ya que cientos de ellas ocultan que son objeto de violencia
por vergüenza, temor o por negarse a tener una familia disfuncional.
El proceso para llegar a tener un matrimonio infeliz y de
violencia inicia en el noviazgo, cuando los jóvenes pellizcan, empujan,
devalúan, ignoran o controlan a la novia sin que algunos de los dos considere
dichas actitudes como irrespetuosas. De esta forma, el maltrato crece al
casarse cuando el hombre tiene un mayor control de ella al considerarla de su
propiedad.
Romper la violencia en el matrimonio resulta difícil debido
a que los estereotipos del rol de la mujer en pareja fueron inculcados desde la
infancia, refrendados en la adolescencia y ejecutados en la etapa adulta.
Además, la experiencia de sometimiento en la familia de origen son un patrón
repetitivo en las siguientes generaciones.
El estudio tiene como principal hipótesis el que una mujer
no deje a su pareja el que nunca han tenido un trabajo remunerado, generándoles
el temor de no poder sobrevivir sin ella, siendo así la dependencia económica
un favor decisivo.
Rocha Jiménez explicó que para situaciones de ese tipo
existen instancias que brindan protección a las víctimas, inclusive con hijos,
lugares en las que las resguardan para que el marido no las encuentre y tomen
el tiempo necesario para buscar un nuevo hogar.
No obstante, propone talleres para mujeres y hombres en los
que puedan informarse del problema y les expliquen cómo establecer una relación
sana.
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