La Diócesis de Nezahualcóyotl, que agrupa a los sacerdotes
de tres municipios del oriente del Estado de México, denunció que México se ha
convertido en uno de los países más peligrosos para ejercer el ministerio
sacerdotal e incluso “para vivir dignamente.”
Luego del asesinato del presbítero Luis López Villa, de 71
años, en La Paz, la asociación religiosa lamentó que este crimen se sume a una
lista de 18 sacerdotes asesinados en el sexenio, tres de los cuales habían sido
secuestrados.
“Todo esto sin contar las innumerables extorsiones y
amenazas a las que se ven expuestos cotidianamente los presbíteros de nuestra
diócesis y de todo el país“, señaló a través de una carta dirigida al
presidente Enrique Peña Nieto, el gobernador del Estado de México, Eruviel
Ávila, y al presidente municipal de La Paz, Rolando Castellanos.
López Villa murió el 5 de julio por heridas en el cuello y
pecho con arma punzocortante durante un asalto a la iglesia de San Isidro
Labrador, donde vivía en una casa parroquial.
El 9 de julio la Fiscalía General de Justicia estatal
capturó al probable responsable, un hombre que ayudaba al cura y quien intentó
robar las limosnas. La Diócesis de Nezahualcóyotl señaló que la muerte con
violencia de Luis López “no es un hecho aislado de lo que ahora ocurre en
nuestro estado y en la Federación. México se ha convertido en uno de los países
más peligrosos, no sólo para ejercer el ministerio sacerdotal u otras
actividades como el periodismo, sino para vivir dignamente.”
El organismo que agrupa a los presbíteros de Neza, La Paz e
Ixtapaluca, añadió que “desgraciadamente el Estado de México se encuentra en
primer lugar en lo referente a feminicidios, secuestros y robos con violencia.”
En la misiva fechada el 18 de julio pasado, los sacerdotes
exigieron a las autoridades esclarecer cuanto antes la muerte del presbítero y
sancionar a los culpables; brindar seguridad en los lugares de culto religioso
y de residencia de sus ministros, además demandaron una impartición de justicia
rápida y eficaz para todos los ciudadanos, sobre todo a quienes viven en
pobreza.
A su vez, la Diócesis de Nezahualcóyotl se comprometió a
promover valores y contribuir en la construcción de la paz y justicia en la
sociedad.Insistió en que el homicidio del padre Luis López es consecuencia de
una “violencia extrema que impera en nuestra República” ligada al deterioro
moral, “a la corrupción de nuestros políticos, la falta de impartición de
justicia, la impunidad y a la pobreza que permea a un gran porcentaje de
familias de nuestra sociedad.”
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