Abundó que a partir de los 25 años de edad las mujeres son
susceptibles de padecer esta enfermedad, por lo que deben realizarse, después
de su periodo menstrual, una autoexploración mensualmente, y en caso de
detectar alguna anormalidad o absceso, por pequeño que parezca, acudir al
médico.
El genético, subrayó, es uno de los principales factores de
incidencia, es decir, si una mujer tiene familiares directos, como madre,
abuela o bisabuela, que hayan tenido cáncer, la posibilidad de que lo padezca
es mayor.
La investigadora afirmó que la cantidad de hormonas que
tiene la mujer durante los veinte es un factor que alienta el desarrollo del
cáncer de mama, aunado a factores como la predisposición genética, el
sedentarismo, la falta de consumo de vegetales verdes o de una alimentación
saludable.
María Teresa Cuamatzi Peña refirió que, aunque la incidencia
de cáncer de mama en hombres es baja, sí hay casos y principalmente, los
varones que tengan predisposición genética, por tener madre, abuela o bisabuela
con ese padecimiento, deben estar atentos ante el crecimiento anormal de sus
pechos o sobre la presencia de algún absceso.
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