¿Tienen objeto las elecciones en una democracia como la mexicana, donde los candidatos ganadores son asesinados cruelmente por el crimen organizado? definitivamente no, el valor de una vida humana es mayor que cualquier puesto emanado de la política; no es posible que siga la indiferencia del gobierno que solamente lamenta los acontecimientos y asegura, que se hará una minuciosa investigación “para conocer las causas”; o como afirma la gobernadora Evelyn Salgado: “He instruido al secretario de Seguridad Pública del Estado intensificar los operativos de vigilancia y proximidad social en diversos puntos de Chilpancingo.
Al pueblo guerrerense le reitero, el compromiso de mi
gobierno de trabajar en coordinación con las autoridades de los distintos
órdenes de gobierno para garantizar la paz y la gobernabilidad en Guerrero,
procurando avanzar siempre hacia la pacificación de nuestro estado”.
Pero no ha podido dar paz y seguridad a sus gobernados.
Evelyn Salgado si tuviera un poco de vergüenza ya hubiera
renunciado al cargo por indiferente ante las acciones del crimen organizado, en
el estado que se supone gobierna; en un país verdaderamente democrático Evelyn
ya hubiera sido destituida del cargo.
La imagen era tétrica, espeluznante; en la colonia Villas
del Roble, al oriente de Chilpancingo, sobre el cofre de la camioneta estaba la
cabeza cercenada, dentro del mismo vehículo se encontraba el cuerpo; por el
momento se pensaba que se trataba de un asesinato más del crimen organizado,
sin embargo, no hubo de pasar mucho tiempo para certificar que se trataba del
asesinato del presidente Municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán,
quien cumplía seis días en el cargo.
Arcos Catalán había llegado a la alcaldía mediante la
alianza “Fuerza y corazón por México”, formada por los partidos Acción
Nacional, de la Revolución Democrática y Revolucionario Institucional.
Los acontecimientos que han venido sucediendo en torno a la
actual administración municipal, dejan claro que los criminales que se sienten
dueños del estado de Guerrero, no quieren a estos gobernantes, ya que el jueves
3 de octubre asesinaron a uno de sus colaboradores más cercanos del alcalde
decapitado, el secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo Francisco
Gonzalo Tapia Gutiérrez, en una calle del centro de la ciudad, y a unos días
antes de que tomara protesta el actual gobierno municipal, encabezado por
Alejandro Arcos Catalán, el 28 de septiembre, asesinaron a quien se sabía sería
su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez.
¿Quién sigue gobernadora Evelyn Salgado?
¿Sigue acaso el suplente del cruelmente asesinado Alejandro
Arcos, el doctor Gustavo Alarcón Herrera?
En Guerrero nadie olvida que la anterior alcaldesa emanada
del Movimiento de regeneración nacional -MORENA-Norma Otilia Hernández, fue
filmada en video en una reunión con el líder del grupo criminal conocido como
“Los Ardillos”, Norma Otilia reconoció que se reunió con el criminal porque
dijo que no lo conocía.
Ahora que Norma Otilia quiso participar en el cortejo
fúnebre del alcalde asesinado Alejandro Arcos, al salir de la Plaza Cívica
Congreso de Anáhuac, la gente, entre gritos de fuera, vendiste al pueblo y
asesina, obligaron a que la exalcaldesa se retirara protegida de un grupo de
sus guaruras.
La gobernadora Evelyn Salgado, quien llegó a la gubernatura
de Guerrero a causa de que su padre, el morenista Félix Salgado Macedonio, fue
impedido de ser candidato, después de que la Comisión de Fiscalización del
Consejo General del Instituto Nacional Electoral, encontrara irregularidades en
la precampaña del militante de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Evelyn Salgado, por la incompetencia en lo que va de su
periodo de gobierno, debe renunciar en bien de los guerrerenses que piden paz y
tranquilidad y ella no se los ha podido dar.
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