
Karina salió a jugar a la calle, en la colonia San Antonio
Zomeyucan, con su hermano de 9 años y de pronto se echó a correr, sin decirle a
dónde iba. Desde entonces, se desconoce su paradero.
El día de su desaparición vestía una blusa de manga corta
color blanco, mallón color café oscuro y botines color beige.
Entre sus señas particulares destaca una costra por vacuna
en el brazo derecho.
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