jueves, 15 de octubre de 2015

“¿Es la degolladora de Chimalhuacán?”

Raul Flores Martinez


deAlgo que me llama la atención en los últimos días, es la captura de la más temible de las asesinas seriales de todo el tiemblo ubicado en el municipio de Chimalhuacán.

Esa famosa multihomicida que fue bautizada como la “Degolladora” de Chimalhuacán; para muchos podría ser un gran trabajo de la PGJEM, sin embargo hay cosas que no terminan por convencerme, no terminan por asegurarme que la chica detenida sea la verdadera “Degolladora”.


Es decir que tengo dudas de que Itzel Nayeli García Montaño, la supuesta “Degolladora” a quien relaciona la Procuraduría General de Justicia del Estado de México con las agresiones y homicidios registrados en el municipio de Chimalhuacán, fue vinculada a proceso por tentativa de homicidio, por un caso ocurrido el 13 de septiembre en el Distrito Federal.

Ahora le achacan 10 ataques más contra personas del mismo municipio; 10 agresiones contra personas de mayor estatura y fuerza que esta joven. El argumento es una denuncia de su ex pareja sentimental que el denuncio por un supuesto ataque.

Hasta el momento he consultado a Gabriel Regino, abogado y expertos en temas de seguridad, al igual que a Jorge Fernández Menéndez, experto en temas de seguridad y crimen organizados; además de consultar con una maestra en Criminología, como Samantha Guardiola actualmente funcionaria de la PGR, también repase una entrevista que le hice al investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) Martín Gabriel Barrón Cruz, Maestro en Ciencias Penales con especialidad en Criminología sobre asesinos seriales y su modus operandi.

Por separado descartan que esta joven sea la asesina serial que se dice, “no cubre el perfil”; además de que los elementos de la PGJEM no trabajaron las líneas de investigación requerida para estos tipos de casos; por demás sabemos que estos policías la mayoría hechos al vapor y en la calle no cubren los estándares requeridos a nivel internacional.

De acuerdo con algunas policías internacionales como Scotland Yard, para cualquier investigación se deben de seguir 7 líneas de investigación, incluyendo la territorialidad que exhibe el modus operandi de los delincuentes que tienen un patrón para llevar a cabo sus delitos.

En el caso de Itzel Nayelli, no se tenía un patrón o modus operandi, el argumento que mencionar las autoridades ministeriales, es una adición a un inhalante y una denuncia de una pareja sentimental.

Esas acusaciones son demasiado frágiles para un caso de género psicosis entre la población de un municipio atacado por la inseguridad y el mandato de la organización Antorcha Campesina que pudo haber obligado a las autoridades a detener a la peligrosa homicida, sin tomar en cuenta una investigación que jamás se dará a conocer.


Quizá estemos frente a un caso más de la detención de un chivo expiatorio para frenar los ataques de una organización que día a día se fortalece al oriente del Estado de México

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